'Tips' para embarazadas

1.- Boca húmeda: vivir con bienestar

Mantener la boca húmeda durante todo el día me da la referencia que la química de la sangre está compuesta por hormonas de bienestar. Estoy tranquila, me siento en paz. Cuando se me seca la boca quiere decir que estoy tensa. Sólo hace falta que respire profundo tres veces activando el diafragma para volver al estado del bienestar. Si sigo un ritmo lento y pausado en todo, me sentiré con fuerza para vivir el día con alegría.

2.- Respiración 4-4: barriga-pecho

Si voy por la vida alargando cada inhalación y cada exhalación como mínimo cuatro segundos, estoy oxigenando mi cuerpo y el de mi bebé. Me siento con energía y con positivismo. Cuando entra el aire dentro de mi cuerpo dejo que primero ocupe la barriga y después se ponga en el tórax. Cuando sale el aire dejo que se vacíe primero el tórax y después la barriga.

3.- Conexión con el bebé: somos un equipo

Con el bebé formamos un equipo inseparable. Durante el embarazo vivimos la vida juntos. De vez en cuando, me paro unos instantes, cierro los ojos y hago silencio para que mi hijo se comunique conmigo. No tengo que hacer nada, sencillamente parar y estar por él. Le hablo y le explico tantas cosas como quiero durante el día. Por ejemplo, si estoy cruzando caminando por un paso de peatones y pasa una moto ruidosa por detrás mío, si yo me asusto le explico a mi hijo por qué me he asustado. Le hablo de mis ilusiones, de mis preocupaciones como si fuera una amiga quien tengo mucha confianza.

4.- Muevo la pelvis con la pelota: oigo que soy ágil

Utilizo una pelota grande para sentarse como si fuera una silla. Mantengo la pelvis en movimiento. Puedo dibujar círculos e infinito con la pelvis, flexiones, extensiones, torsiones y laterales con toda la columna. Disfruto de mantener mi cuerpo ágil respirando.

5.- Conecto con la mía bastante interior: me siento preparada

Una vez al día supero un reto físico trabajando los brazos. Por ejemplo sentada en la pelota estiro los brazos paralelos a tierra, respiro profundamente mientras giro las manos, palmas hacia el cielo, palmas hacia tierra, de forma rápida. Empiezo con un minuto y cada día me supero alargando el tiempo. Encaro una experiencia difícil, que me cansa y me requiere esfuerzo con la mente positiva y creyente en mí.

6.- Un tiempo de descanso: nos relajamos juntos

Los días me pasan volante y siento que tengo mil cosas que hacer. Eso hace que se me estrese y que mi cuerpo se vaya tensando. Me regalo a mí y al bebé una siesta consciente. Estirada me quedo quieta y observo cómo cada parte de mi cuerpo se va aflojando hasta que quedo dormida. Aprender a relajar el cuerpo y sobre todo el canal de parte me lleva que cuando sea el gran día yo sabré en todo momento qué está haciendo mi cuerpo.

7.- Dirijo la mente: sé lo que pienso

En todo momento decido qué quiero pensar. Cuando detecto pensamientos que me generan emociones que me sacan la paz observo qué necesidad tengo sin cubrir. Para volver a mi equilibrio interior me recito una frase positiva.