Constatan casos de acoso a mujeres en el Centro Histórico

Durante este verano, la Plataforma del Pla de l’Aigua del Centro Histórico ha recibido seis quejas de acoso sexual a mujeres en diferentes zonas del barrio, una de las cuales la denunciaron a la Guardia Urbana al poder identificar a los supuestos acosadores. De hecho, el problema de la inseguridad fue uno de los temas centrales de la asamblea vecinal que se celebró ayer para poner en común las quejas y propuestas para mejorar la convivencia en el Centro Histórico. En este sentido, el portavoz de la entidad Josep Maria Muñoz instó a los vecinos a denunciar a los cuerpos policiales las faltas administrativas que detecten en el barrio para dejar constancia de los problemas que hay, “tras comprobar que presentando una queja en la Paeria no surge efecto”.

La falta de luz en zonas como la falda de la Seu Vella o la calle Sant Andreu, los prostíbulos ilegales en Cavallers y Gairoles o el exceso de ruido son otras de las quejas más frecuentes que expusieron la treintena de vecinos que participaron en la reunión celebrada en el local de plaza L’Ereta, en la que también acudieron ediles de CiU, ERC, PP y el Comú y otros representantes de entidades del barrio. “Hace 40 años que vivo en el barrio y me he visto obligada a colocar rejas en las ventanas porque no estamos tranquilos. Incluso me han acosado por la calle o me insultan al pedirles que no hagan tanto ruido”, explicó una vecina. “Al final conseguirán que nos tengamos que ir de nuestras casas”, señaló otra. Entre las alternativas para mejorar el barrio pidieron más presencia policial y recuperar la oficina de la Guardia Urbana para facilitar las denuncias y las actuaciones policiales.

Piden que los educadores actúen más en la calle para mediar

La Plataforma del Pla de l’Aigua reiteró ayer la necesidad de que los educadores y trabajadores sociales actúen más en la calle para mediar, educar y hacer un seguimiento de los casos conflictivos y de las personas que causan los problemas de convivencia en el Centro Histórico. “El barrio es de todos y lo que falta es más convivencia y respeto”, explicó Josep Maria Muñoz. En este sentido, ayer se acordó celebrar reuniones mensuales abiertas a las otras entidades del barrio para tratar los problemas de convivencia y buscar soluciones entre todos. La próxima se fijó para el 7 de noviembre. Asimismo, miembros de la plataforma ofrecieron acompañamiento a los vecinos para poner denuncias a la Guardia Urbana.