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La Paeria ordena al ministerio del Interior reparar la antigua comisaría de Sant Martí

Cerrar todas las aberturas del edificio para evitar la proliferación de palomas y arreglar el tejado para que no haya filtraciones || El edificio está en desuso desde el año 2011 y ya han comenzado las obras

Vista posterior de la antigua comisaría de Sant Martí, con un operario trabajando.

Vista posterior de la antigua comisaría de Sant Martí, con un operario trabajando.

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La Paeria ha ordenado al ministerio del Interior la reparación del edificio de la antigua comisaría de la Policía Nacional de la calle Sant Martí, que cerró definitivamente en octubre de 2011 y desde entonces está en desuso. A raíz de una inspección efectuada a finales del año pasado y a consecuencia también de quejas vecinales por las molestias que causan las palomas, técnicos municipales emitieron un informe en el que constataron que el inmueble tenía ventanas y aperturas de trasteros abiertas, así como agujeros en el tejado, que propiciaban la nidificación de estas aves. Por ello, el ayuntamiento incoó una orden de ejecución “por incumplimiento del deber legal de conservación y rehabilitación del inmueble”.

A mediados del pasado mes de enero, otorgó al Estado un plazo de un mes para iniciar las obras, y este las comenzó la semana pasada. La empresa Singular, encargada de los trabajos, detalló que trabajan en la clausura de todas las aberturas del edificio para que no puedan entrar las palomas, así como en la reparación del tejado para evitar filtraciones. Las obras se prolongarán previsiblemente durante toda esta semana.

La antigua comisaría de Sant Martí fue inaugurada en 1954 y cerró en 2011. Desde entonces, está abandonada y su estado se ha ido degradando progresivamente. Además, en noviembre de 2015 sufrió una okupación durante unos días por parte de un colectivo de jóvenes que adecentó varias salas y organizó talleres. La subdelegación comunicó la situación al ministerio del Interior, que instó a su desalojo, pero cuando la Policía procedió a ello los okupas ya se habían marchado.

Desde poco después del cierre de la comisaría, la Paeria manifestó al Estado su interés en ‘quedarse’ con el inmueble a través una permuta por otro terreno edificable de propiedad municipal que tenga una valoración similar. Su intención era destinar el edificio a un equipamiento educativo o social. El alcalde, Àngel Ros, ha asegurado en varias ocasiones que han ofrecido la permuta de manera reiterada, incluso cuando los socialistas gobernaban el Estado, sin haber obtenido nunca una respuesta positiva. El mes pasado indicó al respecto que “no han dicho nada”, pero añadió que “yo tampoco he insistido”.

El edificio de la antigua escuela de Magisterio, que estaba situado justo delante de la vieja comisaría de la Policía Nacional, también acumuló años desuso y deterioro, pero ya es historia. La Generalitat culminó recientemente su demolición y el solar resultante será destinado a un aparcamiento de pago, aunque los vecinos preferirían algún equipamiento.

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