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© Hotel. El Ilerda, que tenía cien habitaciones, cerró hace ya algunos años y la fachada del edificio está visiblemente deteriorada. La ficha de la oferta no detalla si la venta incluye también la planta baja del inmueble, que actualmente acoge un gran bazar chino.
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© Fábrica. Joyco, cuyo nombre inicial fue General de Confiteria, era una de las empresas más emblemáticas de Alcarràs y del Segrià, ya que daba empleo a más de 200 personas. En 2004 fue vendida a la empresa estadounidense Wrigley, que la cerró al cabo de poco más de un año.
ÓSCAR MIRÓNLa banca y la Sareb, tienen en venta más de 1.700 viviendas en la provincia de Lleida a través de inmobiliarias de las distintas entidades bancarias. De hecho, los activos que comercializan se cuentan por varios millares si se suman los solares, fincas, naves, locales, plazas de garaje, trasteros y edificios en desuso o en construcción.
La banca está aún muy lejos de deshacerse del patrimonio inmobiliario que ha enladrillado sus balances tras los procesos de embargos y desahucios de empresas y particulares insolventes. Las inmobiliarias de las distintas entidades bancarias tienen en venta más de 1.700 viviendas en la provincia de Lleida, casi 300 solares y fincas, unos 140 locales comerciales y oficinas, unas 60 naves industriales, cientos de plazas de garaje y trasteros y más de una docena de edificios enteros, que están en desuso o son promociones sin acabar. Hay que tener en cuenta que parte de estos activos no son directamente de los bancos de los que dependen estas inmobiliarias, sino de la Sareb, el denominado “banco malo”, que ha asumido un buen número de casas y solares.
Y como en un gran centro comercial, hay precios para todos los bolsillos. Eso sí, salvo casos excepcionales, los más baratos pueden comportar gastos posteriores de acondicionamiento u otros sensiblemente superiores.
La inmobiliaria con más viviendas en venta, unas 600, es la del BBVA, lo que se explica porque ha absorbido la antigua Catalunya Caixa. Y la más barata, de 55 metros cuadrados en la plaza del Dipòsit de Lleida ciudad, puede adquirirse por 2.865 euros. En sus condiciones destaca que ha bajado un 68% su precio, que tiene dos habitaciones, un aseo y cocina equipada, pero no precisa su estado. Los que dispongan de mucho más dinero pueden optar por un chalet de 224 metros cuadrados en la calle Almatà de Balaguer que cuesta 404.800 euros.
La segunda inmobiliaria que oferta más viviendas, 510, es la de Bankia, con precios que oscilan entre los 14.000 € de una de 54 metros cuadrados en la calle Santa Anna de Balaguer y los 408.000, tras haber aplicado un 40% de descuento, por un chalet de 4 habitaciones en Bellver de Cerdanya. Servihabitat, de CaixaBank, oferta más de 400, también con un amplio abanico de precios.
Solo en Lleida ciudad, puede adquirirse un piso de 46 metros cuadrados en los antiguos bloques Ramiro Ledesma por 17.100 euros, o bien una casa de 353 metros cuadrados en Fleming por 489.000. Solvia, de Banc Sabadell, vende más de 100 con precios que van desde los 9.000 de una vieja casa en la calle Jacint Verdaguer de Arbeca a los 485.500 de una casa unifamiliar adosada en la calle General Moragues de La Seu. La oferta de pisos la completan las inmobiliarias de Ibercaja y Banco Santander, con menos de un centenar entre ambas.
Entre los edificios que se venden enteros, figura el del número 84 de Alfred Perenya en Lleida, con planta baja y dos pisos, comercializado por Solvia, que advierte que es “a reformar” con un precio de 675.600 euros. La misma firma oferta un edificio de 44 pisos en construcción, cuyas obras están paradas, en la calle Pompeu Fabra de Mollerussa por 1,32 millones.
El presidente del colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria (API) de Lleida, Josep Maria Esteve, apunta que la banca cuenta con más patrimonio inmobiliario aparte del que tiene en venta. “Todavía está en fase de depuración de inmuebles que aún no puede comercializar porque el proceso para asumir su titularidad aún no ha acabado”, señala, y añade que muchos de los pisos que vende ahora proceden de embargos ejecutados antes de 2010. Esteve considera que el mercado bancario “distorsiona muchísimo el precio de mercado”. “En la misma calle de Lleida igual hay un piso de segunda mano de un banco que se vende por 60.000 euros mientras que uno nuevo cuesta 200.000”, pone como ejemplo. Asimismo, cree que todas las viviendas de la banca, sea cual sea su estado, pueden tener salida siempre que el precio se ajuste a sus condiciones, lo que en muchos casos implica grandes rebajas.