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INVESTIGACIÓN

El asesinato de la funcionaria sigue sin resolverse tres meses después

Los Mossos d’Esquadra tendrían identificado al presunto autor pero les faltan pruebas claves para actuar || Fue degollada dentro de su piso en la calle Acadèmia

La puerta del piso en el que ocurrió el asesinato.

La puerta del piso en el que ocurrió el asesinato.SEGRE

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Mañana miércoles se cumplen tres meses del brutal asesinato de Amparo Soler Betés, la funcionaria de Enseñanza de 61 años que fue hallada muerta la noche del 17 de febrero en su piso del número 12 de la calle Acadèmia. El crimen continúa sin resolver. Los Mossos d’Esquadra tendrían identificado al sospechoso pero faltan pruebas claves para detenerlo, según han apuntado fuentes cercanas al caso a este periódico.

Una de las pruebas determinantes podría obtenerse con los análisis de criminalística, que todavía no han concluido. En ellos se podría encontrar restos biológicos del autor, como sangre o pelos, según las mismas fuentes.

Durante el trimestre transcurrido desde el crimen apenas se han hecho públicos detalles de la ardua investigación policial. La muerte fue muy violenta y la víctima recibió entre tres y cuatro cuchilladas en el cuello tras un ataque que ocurrió de improvisto. Así se desprende de las investigaciones llevadas a cabo por los Mossos d’Esquadra, como ya publicó SEGRE. Con toda probabilidad, la víctima no pudo defenderse de su asesino. No presentaba marcas de que pudiera haber sido maniatada antes de morir. Tampoco estaba forzada la puerta de la vivienda, por lo que siempre se sospechado que la víctima conocía a su asesino y que le dejó entrar en el piso.

Los análisis criminalísticos podrían aportar restos biológicos del asesino, como sangre o pelos

Los Mossos d’Esquadra cuentan con diversas pruebas accesorias para encaminar a investigación a partir de los datos del teléfono móvil de la víctima (registro de llamadas, por ejemplo) y del análisis de las imágenes de las cámaras de seguridad de los establecimientos de los alrededores de la vivienda.

En este tipo de casos, suelen pedir a las compañías de teléfonos el registro de los números de móvil que había en la zona (geolocalización) en el intervalo de tiempo en el que se produjo el crimen. Tras cotejarlos uno por uno, se descartan aquellos que son de personas que no encajarían con el perfil del autor del asesinato de la funcionaria.

La residencia en la que estaba su madre alertó de la desaparición La residencia de la madre la funcionaria fue la que dio la voz de alarma después de que la víctima no acudiera ese viernes al centro para recogerla y llevársela a su casa para pasar el fin de semana. Al no presentarse, la dirección del centro alertó dela desaparición a los Mossos, que sobre las 23.00 horas acudieron a la vivienda y hallaron a la mujer ya sin vida.Betés vivía sola y trabajaba como administrativa de Enseñanza en Lleida desde el año 1977. La víctima, a quien sus conocidos describieron como una mujer muy discreta, mantenía vínculos con Ballobar, su lugar de origen, donde tenía una casa que quería vender. Al parecer, recientemente habría discutido con algunos de los pocos vecinos con los que todavía mantenía contacto.

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