SEGRE

REPORTAJE AGUA

La Catedral del agua bicentenaria

El Dipòsit del Pla de l’Aigua fue estrenado en 1792 y el próximo 29 de noviembre el Museu de l’Aigua celebra los 225 años desde que el Gobernador Blondel lo entregó a la ciudad || Cambió la vida de los vecinos al facilitar agua potable, estuvo en servicio hasta 1944 y fue vaciado en 1996

Los asistentes a la jornada de puertas abiertas de ayer, escuchando las explicaciones del guía.

Los asistentes a la jornada de puertas abiertas de ayer, escuchando las explicaciones del guía.LLEONARD DELSHAMS

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Fue precisamente a raíz de la mortandad provocada por una epidemia de tifus registrada en 1783 que un año después el corregidor de la ciudad decidió iniciar la construcción de un sistema de agua potable para mejorar la salud pública. La principal obra fue el gran depósito del Pla de l’Aigua, terminado el 29 de noviembre de 1792, una infraestructura que transformó la vida cotidiana.

Es un depósito subterráneo, cubierto por seis bóvedas de cañón sostenidas por 25 pilares de diez metros de altura. Tiene una capacidad de nueve millones de litros y se abastece del canal de Pinyana. Los muros perimetrales están construidos con piedra de la partida d’Astó (situada entre Artesa de Lleida y Alfés) y revestidos de arcilla calcificada.

Hasta la llegada del agua a las casas había seis fuentes en la ciudad abastecidas por este depósito

Tras su construcción, el Gobernador Luis Blondel entrega a la ciudad el “Depósito de fuentes para su conservación, cuidado y Gobierno, quedando exhonerado de todo ello la Colectora de Espolios”, según reza en el documento original.

El agua se pudo repartir entonces por toda la población a través de las seis fuentes monumentales a las que suministraba el Dipòsit del Pla de l’Aigua: la dels Tritons, la del Roser, la de Ensenyança, la del Hospital, la de Sant Francesc y la de les Sirenes.

Casi 90 años más tarde, en 1878 y aprovechando los conductos de las fuentes, la Paeria construyó tuberías para abastecer directamente a las casas. El consumo aumentó y el Dipòsit del Pla de l’Aigua se quedó pequeño, por lo que en 1901 se construyeron nuevos depósitos en Les Basses d’Alpicat. La nueva red de agua potable originó que las fuentes perdieran su función y se acabaron trasladando o desmontando. Únicamente la del Roser se encuentra hoy en día en su lugar original.

En 1944 se construyeron los depósitos de la Seu Vella y un año más tarde, el Dipòsit del Pla de l’Aigua pasó a ser de reserva. Finalmente, en 1975 dejó de funcionar, aunque permaneció lleno de agua. Más adelante, en 1992 aprovechando que estaba lleno, el Centre Excursionista realizó actividades de ocio como submarinismo o viajes en barca. Cuatro años después, la Paeria decidió vaciarlo para convertirlo en un elemento principal del Museu de l’Aigua, que incluye otros equipamientos como el antiguo campamento de la Canadiense en el canal de Seròs. Fue entonces cuando los leridanos empezaron a descubrir esta gran catedral subterránea desconocida.

El vaciado se hizo en 1996 pero la existencia de filtraciones de agua hizo que se retardara varios años su apertura al público, hasta 2001.

Los asistentes a la jornada de puertas abiertas de ayer, escuchando las explicaciones del guía.

Los asistentes a la jornada de puertas abiertas de ayer, escuchando las explicaciones del guía.LLEONARD DELSHAMS

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