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SALUD METEOROLOGÍA

Muere uno de los cinco hospitalizados en el Arnau por la ola de calor en Lleida

Finaliza un episodio con temperaturas que han rozado los 41 grados en Ponent

Las terrazas son una de las opciones para afrontar el calor. En la imagen, una ayer en La Pobla de Segur.

Las terrazas son una de las opciones para afrontar el calor. En la imagen, una ayer en La Pobla de Segur.ÒSCAR MIRÓN

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Una de las cinco personas hospitalizadas en el Arnau de Vilanova de Lleida por la ola de calor murió ayer de madrugada. Se trata de un hombre de mediana edad con una patología previa. También ayer en Barcelona perdió la vida un hombre de 62 años y se elevan a once los fallecidos en España por las altas temperaturas, cinco en Catalunya

La ola de calor que ha asfixiado de forma generalizada Catalunya en los últimos días podría haberse cobrado una víctima en Ponent. Uno de los cinco hospitalizados en los últimos días en el Arnau de Vilanova por las altas temperaturas falleció ayer de madrugada. Según fuentes próximas, se trata de un hombre de nacionalidad extranjera, menor de 50 años y con una patología previa que ingresó en el centro hospitalario durante el último fin de semana. Fuentes del departamento de Salud señalaron ayer que el fallecimiento de este hombre está siendo analizado por la Agència de Salut Pública de Catalunya para determinar si la causa es un golpe de calor. De momento, es uno de los casos sospechosos, por lo que el departamento no emitió ayer una confirmación a la espera de los resultados.

Desde el inicio de la ola de calor, el Arnau ha atendido a siete personas por golpes de calor, de los que cinco requirieron su hospitalización (entre ellos el fallecido). Durante el último fin de semana, ingresaron en el hospital tres hombres de entre 45 y 70 años. A última hora de la tarde, Salut sí confirmó la muerte de un hombre de 62 años por un posible golpe de calor en Barcelona. Con estas dos muertes, serían cinco las víctimas por las altas temperaturas en Catalunya y a once en el conjunto del Estado. La semana pasada murió un varón tras desplomarse en el centro de Barcelona, mientras que Salud informó el lunes de la muerte de dos hombres en Tarragona. Se suman a las dos personas fallecidas en Murcia y a otras cuatro en Extremadura.

El Servei Meteorològic de Catalunya dio por finalizado este episodio de calor ayer a las 16.14 horas, cuando ya se produjeron las primeras tormentas. En el caso de las comarcas leridanas, fueron especialmente intensas en la Vall Fosca, donde por la tarde se recogieron hasta casi 40 litros por metro cuadrado; en La Vall de Boí, con granizo, y en La Seu d’Urgell, ciudad en la que se suspendió la función prevista para anoche del Retaule de Sant Ermengol. Los episodios tormentosos seguirán hasta el viernes y las temperaturas bajarán.

La canícula dispara el consumo energético

El aumento del uso de aparatos eléctricos para hacer frente a las altas temperaturas ha disparado el consumo de electricidad en los últimos días, aunque sin registrar las cifras del año pasado gracias a las lluvias caídas en primavera en el Pirineo, que han moderado la demanda. Según los datos proporcionados por Endesa, el pico de consumo en las comarcas leridanas se registró el pasado 2 de agosto a las dos del mediodía, con una demanda total de 350 MWh. Una cifra muy por debajo de la registrada el año pasado, ya que el calor se ha concentrado en Ponent y las lluvias caídas en la montaña han equilibrado la demanda.

Además del consumo, las altas temperaturas también han disparado las tarifas de la electricidad, que llegaron al máximo del año este lunes en la franja horaria entre las nueve de la mañana y las diez de la noche al situar el precio de la energía en 74,82 euros MWh. Los precios por encima de los 70 euros son los más altos que se han visto en el mercado español en la última década.

En el campo, también se han notado los efectos de las altas temperaturas de los últimos días. En el caso de la ganadería, las explotaciones han tenido que adaptarse y disponer de sistemas de ventilación y refrigeración para mantener el bienestar de los animales, lo que eleva hasta un 20% el consumo eléctrico. Y en el caso de no disponer de estos sistemas, los ganaderos apuestan por los más tradicionales, como proporcionar zonas de sombra y agua en abundancia a los animales para sobrellevar el calor durante todo el día. Sin embargo, las temperaturas extremas provocan que coman menos, lo que retrasa el engorde de los cerdos, incrementa la mortalidad de los pollos y la producción de leche puede caer hasta un 30%. En Ponent, con temperaturas extremas tanto en verano como en invierno, cada vez son más los ganaderos que apuestan por sistemas de ventilación o humidificación.

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