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©Organizada por SEGRE con la colaboración del Hospital HLA Perpetuo Socorro
Òscar MirónEl sistema sanitario catalán está anquilosado y necesita cambios para adaptarse a la realidad actual poniendo el foco en solucionar los problemas de salud de los ciudadanos. Así lo pusieron de manifiesto ayer en la Llotja los protagonistas de la jornada “Los futuros retos del sector sanitario”, organizada por el grupo SEGRE y HLA Perpetuo Socorro. Fueron el catedrático de Economía Guillem López Casasnovas, que dio una conferencia, y los participantes en la posterior mesa redonda: Antonia Solvas, secretaria del consejo de administración de HLA Perpetuo Socorro y del consejo rector de Lavinia; Lluís Donoso, jefe de Radiología del Hospital Clínic; y Rafael Gomáriz, jefe de la asesoría jurídica del CatSalut.
López Casasnovas detalló los principales datos del gasto sanitario e indicó que una de las principales diferencias entre Catalunya y el Estado es que aquí solo un 44% de la producción del sistema público es de gestión directa pública (centros del ICS), mientras que el 56% es de gestión ajena, cuando en España el 85% es de gestión directa pública. “Nuestro sistema está muy anquilosado, muchas veces se dice que es muy bueno y hay que consolidarlo, cuando hay que flexibilizarlo, adaptarlo a las nuevas situaciones, si no, los entusiastas del sistema serán los que se lo acabarán cargando”, afirmó. Abogó por “solventar los problemas de salud de los ciudadanos mediante un sistema financieramente sostenible”. Señaló que la gestión pública directa constituye un modelo burocrático y jerarquizado, y que su reforma pasa por el sistema de concertación, en el que la responsabilidad sigue siendo pública pero permite a proveedores privados prestar el servicio. “Eso no es privatización”, enfatizó.
En la mesa redonda, Solvas también hizo hincapié en la necesidad de introducir cambios organizativos. “Hay que poner al paciente en el centro de las decisiones y hay que ir hacia una medicina personalizada”, indicó, tras apuntar que el sistema sanitario sigue centrado en tratar enfermedades agudas, cuando es necesario prestar atención a aspectos como el envejecimiento de la población y la prevención. Asimismo, insistió en que “hay que dejar de hablar de sanidad pública y privada, porque forman parte del mismo sistema”. Por su parte, Donoso constató que en la sanidad “cuesta mucho implementar soluciones que están en el mercado y que en otros sectores serían obvias”, y añadió que los avances tecnológicos comportarán que los propios profesionales deban “reinventarse” modificando sus actuales funciones. En este sentido, dijo que la resistencia al cambio “no solo es política, sino también profesional”. No obstante, defendió “los valores del sistema, como la atención universal”. “No hay que perderlos de vista para que los cambios no resulten contraproducentes”, concluyó. Mientras, Gomáriz consideró que la sanidad “es refractaria al cambio”, pero precisó que no es excepcional, ya que sucede lo mismo en otros sectores. Eso sí, opinó que “hasta hace unos años no era un campo de batalla político, y ahora sí lo es, y esto dificulta los consensos”.