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“Hemos atendido por abusos a bebés y las secuelas duran siempre”

Avasi es una asociación leridana que atiende a víctimas de agresiones sexuales en la infancia || Recibe entre dos y tres casos al año de personas de hasta 55 años

Imagen de archivo de una protesta en Barcelona contra la pederastia.

Imagen de archivo de una protesta en Barcelona contra la pederastia.ACN

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Escuchar y comprender son pilares básicos en la atención a personas que han sufrido abusos sexuales, sobre todo si este trauma se sufre durante los años de la infancia. Una labor que llevan a cabo las cuatro voluntarias que forman parte de la asociación Avasi-Lleida, creada en 2011 y que atiende de media entre dos y tres casos al año. Entre las personas que han atendido, han conocido casos de bebés de entre 6 y 8 meses que han sufrido abusos hasta personas mayores de 50 años que cuentan el trauma sufrido cuando eran niños. Una portavoz de la entidad explica a este diario que las secuelas psicológicas pueden alargarse durante toda la vida si no se pone remedio y se “liberan de esa carga”. “Cuando llegan a nosotros, saben que no tendrán justicia, quieren saber cómo afrontarlo y cómo vivir con esa angustia”, señala. El momento de contarlo suele ser la madurez, entre los 30 y los 40 años. “Muchos han ido viviendo con ello hasta que en su cabeza hay un ‘click’, puede que cuando son padres saben que algo no va bien y no saben el qué”, explica la portavoz de Avasi. Estas voluntarias saben que es difícil que una persona cuente los abusos sufridos porque es como revivirlos, pero, llegado el momento, les ofrecen un espacio de comprensión y acogida, además de herramientas para su recuperación y, en caso de necesitarlo, los derivan a un profesional más especializado. “Cargan con un sufrimiento psicológico continuo y sienten vergüenza, miedo y, sobre todo, culpa”, asegura la portavoz.

Creen que sus servicios, que son gratuitos y sin ánimo de lucro, son necesarios al considerar que la Administración no actúa de forma rápida para atender a este tipo de víctimas y que este retraso agrava su sufrimiento. También lamentan que la justicia sea lenta y consideran que deberían crearse unidades especializadas en abusos sexuales. Tras ocho años de vida, Avasi-Lleida tiene ganas de crecer y sumar más voluntarios, para poder mejorar la atención que presentan a los “supervivientes”, como llaman a las personas que han encontrado la fuerza para contar su caso. Lamentan no poder contar con ninguna subvención pero abren la puerta a tener estudiantes de Psicología entre sus voluntarios. “Existimos porque hay una necesidad”, señalan.

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