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TEMPLOS CULTO

La iglesia ortodoxa necesita 300.000 euros para finalizar su templo

Hace falta pintar su exterior e interior y habilitar el primer piso con salas || Ubicado en la antigua comisaría de la Policía Nacional, abrió hace un año y medio

La planta baja está prácticamente acabada, aunque hace falta pintarla.

La planta baja está prácticamente acabada, aunque hace falta pintarla.ALBERT GÒDIA

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La iglesia ortodoxa, ubicada en la antigua comisaría de la Policía Nacional en el Passeig de Ronda y que abrió sus puertas en Navidad de 2017, necesita 300.000 euros para acabar de construir el templo. “Estamos buscando fondos y donaciones”, explicó el padre Daniel Simón, que añadió que en un año han disminuido la deuda por las obras que han llevado hasta ahora de 75.000 a 55.000 euros.

La planta baja, donde se celebran las misas y hay varias salas, entre ellas una para niños pequeños y otra para hacer catequesis, está prácticamente acabada, al igual que la terraza. Parte de su adecuación ha sido posible gracias a voluntarios que trabajaban los fines de semana. “Lo que hace falta es pintar la parroquia tanto por fuera como por dentro, además de construir la primera planta”, apuntó. En esta quieren habilitar varias salas, como un comedor, una oficina, una para hacer exposiciones, la que sería el consejo pastoral, el archivo y dos de protocolo, explicó el padre Simón.

Los ortodoxos adquirieron el edificio la antigua comisaría de Ronda en 2014 por 480.000 euros (anteriormente rezaban en los bajos de la iglesia del Carme, en la Rambla Ferran) y, en un principio, calcularon que la obra costaría entre 250.000 y 300.000 euros. Debido al presupuesto, pidieron en varias ocasiones subvenciones al gobierno de Rumanía y han llevado a cabo actividades para recaudar fondos. Parte del dinero inicial lo consiguieron gracias a las aportaciones de fieles )en Lleida hay unos 1.200) y a una subvención del gobierno rumano.

Hace un año compraron tres campanas de Austria La iglesia compró hace un año tres campanas austriacas por un valor de 21.000 euros que suenan con una armonía hecha “a medida”. “La mejor fábrica está en Innsbruck, se llama Grassmayr y es de 1599”, explicó el padre Daniel Simón, que añadió que pudieron escoger con qué tono sonase cada una. La más grande pesa 137 kilogramos; la mediana, 99 kg y la más pequeña, 69 kg. Cada una tiene un grabado distinto.

La planta baja está prácticamente acabada, aunque hace falta pintarla.

La planta baja está prácticamente acabada, aunque hace falta pintarla.ALBERT GÒDIA

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