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ECONOMÍA VIVIENDA

Lleida es la provincia catalana donde es más rentable poner un piso en alquiler

La quinta de todo el Estado y los beneficios se han disparado en los últimos años

David Calvera vive en un piso de 45 metros cuadrados en la plaza Noguerola.

David Calvera vive en un piso de 45 metros cuadrados en la plaza Noguerola.MARIA MARQUÈS

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El auge del mercado del alquiler en Lleida debido al aumento de la demanda en los últimos años ha provocado un incremento de su rentabilidad para los propietarios, hasta el punto que es la primera de Catalunya y la quinta de toda España donde les genera más beneficios, según un informe de Sociedad de Tasación.

Lleida es la provincia catalana y la quinta de España donde más rentabilidad genera el alquiler de pisos para sus dueños. Así lo constata un informe de Sociedad de Tasación, que cifra en un 7,7% la rentabilidad bruta del alquiler en Lleida, siete décimas más que Barcelona, que es la segunda provincia catalana más rentable. En el Estado solo es superada por Toledo, que lidera el ranking con un 8,6% de rentabilidad bruta, Huelva (8,5%), Valencia (8%) y Ciudad Real (7,8%).

Agentes inmobiliarios consultados por este diario ratificaron estos datos. “Los precios de compra de los pisos en Lleida están por debajo del resto de Catalunya, lo que también hace que después salga más rentable alquilarlos. Además, el importe de los alquileres ha aumentado mucho en los últimos meses, entre unos 60 y 90 euros al mes solo en lo que va de este año”, explicó un profesional. “Confirmo esta situación”, afirmó por su parte el presidente del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria (API), Josep Maria Esteve. “En el último año, los precios de los arrendamientos han subido entre un 10 y un 15%”, añadió. Como ejemplo de su fuerte evolución al alza experimentada a lo largo de los últimos ejercicios, indicó que “un piso de cuatro habitaciones por el que hace 4 años se pagaban 480 euros al mes, ahora se alquila por entre 600 y 700”. Esteve detalló que esta coyuntura ha animado a los propietarios a arrendar viviendas que tenían a la venta. “Como ven que no pueden venderlas por los precios que piden, optan por ponerlas en alquiler”, señaló.

En Lleida y Mollerussa apenas hay pisos disponibles porque hay más demanda que oferta

La rentabilidad bruta del alquiler se calcula dividiendo los ingresos anuales que genera por el precio de una vivienda y multiplicando su resultado por cien. Por ejemplo, si un piso vale 100.000 euros y el propietario recauda 5.400 euros por su arrendamiento, será del 5,4%. Para calcular la neta, hay que restar de los ingresos los gastos que el piso genera al propietario, como los de comunidad o el IBI, aunque también es relativamente frecuente que impute al menos parte de ellos (como el IBI) al inquilino. Así, la rentabilidad bruta del 7,7% que Sociedad de Tasación estima para Lleida se convierte en una neta de alrededor del 6%, según señaló Esteve.

Los precios de los que hablan los profesionales están por encima de los que reflejan las estadísticas de la Generalitat, que sitúan en 433 euros al mes el alquiler medio en la capital y en 422 en la provincia. No obstante, hay que tener en cuenta que se trata de la media de todos los contratos. Por lo que se respecta a su número, en 2018 se formalizaron un total de 6.679 en la provincia, récord histórico, mientras que en el primer trimestre de este año fueron 1.631, por lo que de mantenerse este ritmo la cifra anual sería similar a la del pasado ejercicio.

Los profesionales creen que el “boom” ha tocado techo

Tanto Josep Maria Esteve como otros profesionales del sector consultados por este diario coincidieron en considerar que el negocio del alquiler ha tocado techo. “Los precios han llegado ya a un nivel muy alto, por lo que no hay tanta gente que pueda pagarlos”, manifestó el presidente de los API de Lleida. Además, el aumento de la demanda del alquiler ha provocado en los últimos meses que prácticamente no haya pisos disponibles ni en la capital ni en algunos municipios, como es el caso de Mollerussa. Tal como publicó este diario, en la capital este déficit está motivado porque, además de la demanda que generan los estudiantes universitarios que proceden de fuera de la ciudad, hay muchos jóvenes que optan por el alquiler para independizarse porque no están en condiciones de aportar el 20% del precio total de una vivienda, que es la entrada más habitual a pagar en las operaciones de compraventa. Hay que tener en cuenta que la concesión por parte de los bancos de préstamos hipotecarios que cubren el 100% del coste -que era habitual antes de la crisis económica- ha pasado a la historia. Mientras, en la capital del Pla d’Urgell la falta de viviendas disponibles está motivada porque los ciclos formativos que ofrece el instituto Mollerussa atraen a muchos jóvenes de fuera.

"FALTAN AYUDAS PARA QUE LOS JÓVENES SE EMANCIPEN" David Calvera tiene 28 años, trabaja en una empresa de arquitectura textil y hasta el año pasado no pudo irse de casa de sus padres. “Cuando cobré mi primer sueldo decidí irme”, afirma Calvera, que asegura que “lo que tenía claro es que no iba a destinar el 30% del sueldo para vivienda”, por lo que descartó zonas céntricas como la plaza Ricard Vinyes. “Al final, encontré uno de 45 m² en la plaza Noguerola por 350 euros al mes y seguro que en el centro me costaría hasta 600”, afirma. Destaca que es una buena zona para vivir, “ya que en bici se llega rápido en todas partes”. Calvera cree que “las administraciones deberían ayudar a los jóvenes a emanciparse como sucede en otras ciudades europeas”.

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