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EDUCACIÓN CONVIVENCIA

Los vigilantes del patio

El colegio El Carme es uno de los de Lleida que aplica un programa contra la prevención del bullying y en Primaria alumnos con chalecos controlan si hay conflictos || En caso de detectarlos, organizan sesiones de mediación para que los implicados corrijan sus conductas

Foto de familia del equipo de convivencia, que va rotando cada 15 días, con los coordinadores de Primaria y Secundaria.

Foto de familia del equipo de convivencia, que va rotando cada 15 días, con los coordinadores de Primaria y Secundaria.MAGDALENA ALTISENT

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El colegio El Carme de La Bordeta es uno de los de Lleida que aplica el programa de Educación para la prevención del bullying, llamado #aquiproubullying, desde P-3 hasta cuarto de ESO. Su característica más llamativa es que ocho alumnos de quinto y sexto de Primaria, que llevan un chaleco con la inscripción Equips per la Convivència, se encargan de vigilar esos rincones a los que no llega el profesor y mediar en caso de que haya un conflicto entre dos o más alumnos, mayoritariamente discusiones.

La directora del centro, Judit Tarragó, explicó que “nos adherimos a la convocatoria de Educación del curso 2017-2018, en el que se hizo la formación del profesorado” y el diseño de un programa, que implementaron el año pasado. Una de las actuaciones es sensibilizar a los alumnos y facilitarles formación sobre la convivencia y el bullying una vez cada trimestre. Tarragó detalló que en la etapa Infantil y hasta segundo de Primaria “existe el club de los valientes, donde se les explica un cuento sobre el acoso y los propios alumnos establecen unas normas relacionadas con la convivencia para formar parte de este grupo”. “En caso de que las vulneren, insultando o portándose mal, salen de este grupo hasta que se den cuenta de sus actos”, añadió.

Empezó a aplicar el programa el pasado curso y dice que es un “éxito” para fomentar la convivencia

Entre tercero y sexto de Primaria, “existen equipos de convivencia, donde ocho alumnos con un chaleco vigilan el patio por si hay algún problema de convivencia”, explicó el coordinador del proyecto de esta etapa, Cristian Méndez. Por su parte, Gerard y Jana, miembros del equipo, indicaron que si detectan una discusión aplican la técnica NEMO. “Tienen que decir el nombre del compañero con el que se han enfadado (N), la emoción que sienten (E), el motivo de la disputa (M) y el objetivo para lograr que no vuelva a suceder (O)”. Méndez añadió que “en caso de que sea un conflicto grave, los miembros del equipo lo registran y se hace una mediación junto con los afectados y el coordinador para lograr una solución. Si el conflicto es repetitivo, les hacemos firmar un contrato de compromiso y se hace un seguimiento durante 15 días”.

Por su parte, la coordinadora del proyecto en la ESO, Anna Prim, explicó que no hay alumnos con chalecos, “sino que son los mismos afectados los que piden una mediación conmigo”. En las sesiones, añadió, “se dan cuenta de que no solo existe su versión y de que hablando se soluciona el problema”. Además, se les conciencia sobre las consecuencias de sus actos. Prim señaló que la mayoría de conflictos en Secundaria “se producen en las redes sociales y por casos de amistad o envidia”.

En pocas ocasiones el colegio ha activado el protocolo para detectar si existe un caso de bullying, pero su resultado ha sido negativo.

“El objetivo del proyecto es garantizar la convivencia entre el alumnado, que haya respeto entre todos y evitar que se llegue al acoso y al bullying”, sentenció Tarragó.

Foto de familia del equipo de convivencia, que va rotando cada 15 días, con los coordinadores de Primaria y Secundaria.

Foto de familia del equipo de convivencia, que va rotando cada 15 días, con los coordinadores de Primaria y Secundaria.MAGDALENA ALTISENT

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