Quejas de vecinos del Barri Antic por el consumo de drogas en edificios

Som Veïns, entidad que agrupa a vecinos del Centro Histórico, afirma que ha detectado “un aumento de consumo de drogas en espacios comunitarios”. Su portavoz, Òscar Lanza, explicó que “nos hemos dado cuenta de que cada vez es más frecuente que personas entren en los portales de los edificios, que no están cerrados con llave, para consumir heroína y otro tipo de sustancias, ya que en estos espacios tienen más intimidad”. La entidad se reunió ayer en asamblea en el Centro Cívico de l’Ereta para debatir sobre la situación actual del barrio y las reuniones que ha mantenido con la Paeria en los últimos meses. En este sentido, Lanza explicó que “aunque el ayuntamiento se comprometió a mejorar los principales problemas del barrio de inseguridad, incivismo y tráfico de drogas, todavía todo continúa igual”. Y es que la entidad lamenta un abandono absoluto, con menos presencia policial y un aumento del tráfico de drogas. “La concejala de Derechos Sociales, Regina Cairol, se comprometió a presentar a finales de este mes un plan de trabajo para mejorar el barrio”, recordó y señaló que “esperaremos a este plan de choque para evaluar si llevamos a cabo alguna acción de protesta”. Al respecto, afirmó que “no tenemos muchas esperanzas en este plan, ya que Cairol ya rompió su compromiso de descentralizar los servicios sociales del Centro Histórico cuando en diciembre habilitó el albergue del plan Iglú en un local de la calle Companyia”.

Por otro lado, explicó que en la asamblea, en la que participaron una quincena de vecinos, se decidió “involucrar” a más gente del barrio.

Cuando el ayuntamiento informó a la entidad sobre implementar un plan de choque en el barrio, también se les explicó que se constituirá una mesa institucional interdepartamental con la Generalitat para abordar la situación de las familias más desfavorecidas. Al respecto, Lanza dijo que desconocen si se ha puesto en marcha. “En esta reunión de final de noviembre también les pedimos soluciones sobre el hecho de que hay familias que rompen la convivencia de ciertos edificios”, explicó. Som Veïns insiste en que haya “más acciones visibles y no solo reuniones”.