Tras la denuncia de una alumna de Enfermería del campus de Igualada expulsada de un centro por llevar hiyab|| En los nuevos convenios y en los vigentes
La Universitat de Lleida (UdL) incluirá a partir de ahora en los convenios de prácticas de alumnos con centros y empresas una cláusula específica para evitar cualquier discriminación, como la que sufrió una alumna de Enfermería del campus de Igualada que fue expulsada de por llevar velo durante sus prácticas en un centro privado sociosanitario, tal como publicó este diario. La vicerrectora de Estudiantado, Montserrat Rué, remarcó que llevar un hiyab que cubre el pelo “no ha de ser un motivo para no poder hacer prácticas” y abogó por respetar el uso de “una pieza de ropa u otra manifestación cultural o religiosa que no interfiera en el trabajo”. “Puede tener que ser de un color concreto, blanco por ejemplo, y debe mantener las mismas condiciones de esterilización que las batas, pero no puede ser que no se pueda usar”, incidió. Por ello, subrayó que el equipo rectoral acordó ayer incorporar tanto en los nuevos convenios como en la revisión anual de los actuales “una cláusula para evitar situaciones de este tipo, que será una condición sine qua non”.
Asimismo, la UdL citará al centro que expulsó a la alumna para “debatir sobre esta situación” y comunicarle que esta cláusula es de obligado cumplimiento para seguir acogiendo a estudiantes en prácticas. Rué dijo que en función del resultado de esta reunión tomarán una decisión sobre mantener o no el convenio con esta empresa. En el caso de que no quisiera aceptar esta cláusula, probablemente la UdL no rescincidiría automáticamente el contrato con el centro porque afectaría a otros alumnos, argumentó.
El Consell de l’Estudiantat de la UdL ya reclamó una cláusula contra la “discriminación por raza, sexo, religión, opinión o cualquier circunstancia personal o social” y ayer informó de que han acompañado a la afectada a presentar una denuncia en el Centre Dolors Piera para que tramite un expediente y extraiga conclusiones”. La alumna también denunció su caso a SOS Racisme y ante un juzgado de Barcelona.