El calvario de abrir las piscinas comunitarias

Con la entrada de la región sanitaria de Lleida en la fase 2 muchos vecinos podrán hacer uso de uno de los equipamientos más demandados y frecuentados en los meses de verano: las piscinas comunitarias. No obstante, las condiciones para su reapertura generan muchas dudas y problemas entre las comunidades tanto a nivel logístico como económico. Una situación que se ve agravada ante la falta de especificaciones sobre cómo se debe hacer esta reapertura en las informaciones publicadas en el Boletín Oficial del Estado (BOE). Todo ello ha comportado que algunas comunidades opten por esperar, mientras que otras deban hacer un replanteamiento general de la organización de las piscinas.

Así lo asegura el presidente de los administradores de fincas de Lleida, Jaume Facerias. “Ahora mismo solo se contemplan dos posibilidades para la reapertura de las piscinas comunitarias: o parcelar el terreno y organizarse por turnos, ya que solo podrán albergar un 30% de aforo, o contratar personal de vigilancia”. Dos alternativas que pueden provocar, por un lado, una laboriosa organización logística, o por otro, un aumento de las tasas de la comunidad para hacer frente a las contrataciones. A todo ello se le deberá sumar que se deberá hacer una limpieza más exhaustiva del agua. Esto ha provocado, según Faceries, que no estén recibiendo muchas consultas sobre cómo reabrir estos equipamientos porque algunas comunidades hayan optado por no abrir las piscinas por ahora. “Realmente no estamos gestionando muchas reaperturas estos días, pero la gran mayoría que sí lo están haciendo optan por parcelar el espacio, una medida viable si se trata de comunidades pequeñas, de veinte domicilios aproximadamente, pero en las más numerosas esta organización es casi imposible”, reconoce Faceries. Lo más viable para las comunidades más grandes sería contratar personal, pero el colegio de administradores advierte que “si se opta por esta alternativa se tendrán que contratar dos personas, ya que deberán estar los siete días de la semana”. Esta contratación extraordinaria de personal podrá suponer “un coste aproximado de 3.000 euros por comunidad, que sería más asequible para las piscinas comunitarias con muchos vecinos”, añade Faceries, que recordó que el problema con estas comunidades es “que se puedan reunir todos los vecinos para acordar estas decisiones, porque los encuentros multitudinarios están prohibidos”.

“Ahora mismo hay dos opciones: o parcelar el espacio o contratar vigilancia”, aseguran

El otro gran inconveniente para la reapertura de las piscinas es en lo referente a la normativa. Según Faceries “el hecho de que no haya un reglamento específico para las piscinas comunitarias pero sí haya uno para las deportivas o de competición es un auténtico problema, porque no sabemos si deberemos tomar las mismas medidas que en estas últimas o saldrá un reglamento más adelante que provoque que se deban cambiar todas las medidas tomadas”. Todo esto ha provocado que algunos vecinos hayan optado por comprar piscinas pequeñas para sus jardines. La cuestión es poder refrescarse.

Los ayuntamientos decidirán cuándo abrir las piscinas municipales Las piscinas municipales pueden abrir sus puertas en la fase 2, por lo que en Lleida podrían abrir a partir de hoy. No obstante, la última palabra la tendrán los ayuntamientos, según lo estipulado en la ley. En lo que respecta a cómo se deberán reabrir, los requisitos son similares a las medidas que deberán tomar las piscinas comunitarias. Aforo del 30% siempre que sea posible respetar la distancia de seguridad de dos metros. En caso de que no sea posible, se deberá reducirse el aforo al porcentaje que permita dicho distanciamiento. También se deberá concertar una cita previa para poder acudir a las piscinas y cada usuario deberá tener todas sus pertenencias per (toalla, bolso, sombrilla, etc), dentro del perímetro de seguridad de dos metros. Asimismo, tampoco se podrá hacer uso de los vestuarios ni de las fuentes de agua si las hay.