La selectividad de la mascarilla

Bolígrafos, mochila y mascarilla. Estos eran los tres objetos indispensables con los que hasta 2.197 leridanos afrontaron ayer el inicio de la selectividad, que se alargará hasta el viernes. Unas pruebas de acceso a la universidad que pasarán a la historia después de haberse pospuesto casi un mes y por las medidas sanitarias tomadas para frenar la propagación del coronavirus. Medidas que en el Segrià, confinado desde el sábado, acapararon todas las miradas y recelos de alumnos y profesores, ya que algunos de los 644 estudiantes de fuera de la comarca que acudieron a la capital a hacer el examen no las tenían todas consigo sobre si el operativo montado era seguro. Esta inseguridad general propició que la mayoría de los estudiantes hiciera los exámenes con la mascarilla puesta todo el tiempo, algo recomendado pero no obligatorio por parte de la Secretaría de Universidades de la Generalitat.

“Yo he llevado la mascarilla puesta todo el rato por si acaso, solo me la he quitado dos minutos para airearme un poco”, dijo Winona, una joven de Torres de Segre, después de hacer el examen de matemáticas aplicadas a las ciencias sociales. “La gran mayoría de nuestra clase la llevaba puesta y, si bien es verdad que a veces puede agobiarte un poco, al final te acostumbras”, añadió. Por otro lado, Pep i Joanna, dos estudiantes de Balaguer que vinieron a Lleida, reconocieron que “al principio teníamos un poco de miedo por lo que nos podíamos encontrar y los controles, ha sido menos de lo esperado, pero nos daba respeto venir, por eso hemos hecho los exámenes con mascarilla”.

Tàrrega Tremp y Vielha se estrenaron como sede y se sumaron a las tradicionales de La Seu y Lleida

Además de Lleida, y La Seu d’Urgell, las dos sedes habituales de la selectividad, ayer se estrenaron Tàrrega, Tremp y Vielha con el objetivo de evitar las aglomeraciones de los alumnos como medida de prevención. En Tàrrega, el instituto Manuel de Pedrolo, que es el que acoge las pruebas, ha habilitado una docena de aulas en las que 172 alumnos (procedentes de Tàrrega, Agramunt y Guissona) harán sus exámenes, siguiendo todas las medidas sanitarias para evitar contagios. Así, las mesas están ubicadas a una distancia de 2 metros dentro de las aulas (con un máximo de entre 12 y 14 estudiantes) y antes de entrar, los alumnos, protegidos con mascarilla, deben desinfectarse las manos con gel hidroalcohólico. Una vez dentro del aula, pueden sacarse la mascarilla para hacer el examen. Los alumnos convocados en el instituto Manuel de Pedrolo empezaron la selectividad con “nervios y optimismo así como muchas ganas”, ya que se les había hecho pesado estudiar hasta julio, especialmente por el calor.

En lo que respecta a los exámenes, en lengua y literatura castellana se debía escoger entre unas preguntas sobre Luces de bohemia o del Lazarillo de Tormes, mientras que la gramática dominaba la parte común. También se hicieron las pruebas de historia de arte, física, ciencias de la tierra o matemáticas aplicadas en ciencias sociales.