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Las denuncias de ruido por fiestas en pisos de Lleida se disparan a raíz del cierre de los locales de ocio

Las multas de la Guardia Urbana por este motivo en la capital se han duplicado en agosto con respecto a hace un año || El sector destaca que su clausura no ha servido para evitar los contagios del virus

Imagen de la discoteca Biloba, la mayor de Lleida, cerrada al público.

Imagen de la discoteca Biloba, la mayor de Lleida, cerrada al público.MAGDALENA ALTISENT

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El Gobierno central decretó el cierre de los locales de ocio nocturno durante el estado de alarma, dentro de las medidas para intentar evitar contagios de la Covid-19. Una vez finalizado el periodo de alarma, la Generalitat permitió su reapertura con ciertas restricciones coincidiendo con Sant Joan, pero a los pocos días volvió a ordenar su cierre, que todavía se mantiene. Este hecho ha comportado que personas que solían salir de noche hayan optado por celebrar fiestas en domicilios particulares con familiares o amigos, que a veces se alargan hasta la madrugada y ocasionan molestias a los vecinos por ruido. Al menos, esto es lo que ha pasado en Lleida ciudad, donde las denuncias de la Guardia Urbana por molestias a los vecinos se han duplicado este mes de agosto con respecto al pasado año. Solo entre los días 1 y 19 de agosto la Policía Local llevó a cabo un total de 103 actuaciones por exceso de ruido en viviendas, frente a las 49 actuaciones registradas en el mismo periodo del año pasado, lo que supone más del doble. En los mismos días del mes de agosto también se multiplicaron casi por dos las actuaciones por ruidos en la calle, pasando de 83 a un total de 155 en 2020.

Fuentes de la Guardia Urbana confirmaron a este diario que la proliferación de fiestas en pisos está vinculada con el cierre de los locales de ocio. “Es así”, manifestaron lacónicamente.Otras fuentes del cuerpo explicaron que cuando acuden a una vivienda “muchas veces no abren la puerta. Sin embargo, acudimos más tarde y denunciamos al inquilino”. También detallaron que “en algunos casos son reincidentes y sus vecinos están hartos”. Además, remarcaron que “pubs y discotecas están cerrados, pero cada fin de semana detectamos tantos o más conductores ebrios que antes”.

Xavi Bosch, uno de los responsables del grupo de ocio Bönobo, y José Antonio Hidalgo, gerente de la discoteca Lit, coincidieron en señalar que “el ocio nocturno lleva cinco meses cerrado y los contagios no han parado de crecer”. A la vez, destacaron que durante este tiempo han proliferado “las fiestas sin control” en pisos y chalets y los botellones en espacios públicos. Hidalgo indicó que los titulares de discotecas y los promotores de eventos podrían ejercer de rastreadores en caso de algún positivo entre sus clientes. Así, dijo que en los pocos días que pudieron abrir por Sant Joan, las entradas se tramitaban por teléfono, por lo que tenían registrado el móvil y la mesa (el baile estaba prohibido) de los clientes, y añadió que este sistema también se aplica en los conciertos con el aforo limitado.

La Paeria dice que la gran mayoría de vecinos cumple la normativa

El ayuntamiento de Lleida considera que, aunque haya personas que hagan celebraciones en casa, la gran mayoría de los vecinos están comportándose correctamente. “El grado de cumplimiento de las medidas de seguridad pertinentes en la dimensión del ocio dentro del ámbito personal depende de cada uno, de cada grupo y de cada familia. Es muy difícil tener una estadística fiable de las fiestas que se puedan hacer en la calle o en las plazas, pero lo que sí es cierto es que hasta el momento las cifras de contagios nos están acompañando, y eso significa que los leridanos están haciendo lo que deben”, manifestó el acalde de Lleida, Miquel Pueyo. Por su parte, el presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Lleida, Toni Baró, pidió a la ciudadanía que tenga paciencia y que siga las normas. “No podemos facilitarle la vida al virus haciendo lo que no debemos”, apuntó. Asimismo, indicó que no hay porqué soportar las malas conductas de los demás y hay que avisar a la Guardia Urbana cuando sea necesario. “Estamos en una situación delicada y no nos podemos perjudicar”, afirmó Baró.

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