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SANIDAD DENUNCIA

Una leridana queda parapléjica por la epidural del parto en el Arnau de Vilanova

Le causó un hematoma en la médula espinal que no operaron hasta 14 horas después de nacer su hija || La familia reclama 3,5 millones de euros al departamento de Salud por los daños ocasionados

Carmen Mejía, su pareja Rubén y la pequeña Valentina en su vivienda.

Carmen Mejía, su pareja Rubén y la pequeña Valentina en su vivienda.MAGDALENA ALTISENT

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El 14 de noviembre del año pasado fue el día más feliz para los leridanos Carmen Mejía y Rubén Carmona, que se convirtieron en padres de la pequeña Valentina en el hospital Arnau de Vilanova. Sin embargo, ese día también empezó la peor pesadilla para Carmen, de 36 años, que se quedó parapléjica por la supuesta mala aplicación de la anestesia epidural, que le causó un hematoma en la médula espinal y que tardaron más de 14 horas en intervenir de urgencia. La familia, representada por el abogado Enric Rubio, ha presentado una reclamación de responsabilidad patrimonial al Institut Català de la Salut (ICS) de 3,5 millones de euros por los daños y las secuelas ante lo que consideran que ha sido una “infracción de la conducta profesional y el mal funcionamiento del servicio público de asistencia sanitaria”.

Carmen Mejía explica que el embarazo “fue perfecto” y que 14 de noviembre, cuando ya estaba de 40 semanas “ingresé en el Arnau y decidieron que me practicarían la cesárea porque el bebé estaba muy arriba”. Ya en el quirófano, le aplicaron la anestesia mediante una punción. “Sentí un dolor terrible. No sé qué pasó pero hubo tres punciones; se me durmió casi todo el cuerpo. Incluso les dije que se me caía una mejilla”, añade. La niña nació sin problemas sobre las 19.00 horas. En el mismo quirófano, al sentir una fuerte quemazón dorsal, solicitó a una enfermera que cogiera a la niña, y que le aplicaran algo frío en la espalda porque le quemaba. Una vez en reanimación, la mujer comentó a las enfermeras que no sentía las piernas pero le dijeron que era normal por la anestesia. Sin embargo, pasaron las horas y sus piernas no despertaban. “Cada media hora les decía que no tenía sensibilidad alguna”. No fue hasta pasadas las diez de la mañana, 14 horas después del parto, cuando le hicieron una resonancia para, posteriormente, operarla de urgencia. “El neurólogo me explicó que habían limpiado la zona de la espalda donde había un hematoma”. Pero siguió igual y no le ofrecieron ninguna explicación. El 19 de noviembre, cuatro días después, fue trasladada en helicóptero al hospital Vall d’Hebron de Barcelona. “Allí fue la primera vez que me dijeron que jamás volvería caminar”, lamenta. Estuvo en el Institut Guttmann, especializado en lesiones medulares, entre el 20 de enero y el 26 de marzo. “Allí había un chico que sufrió un accidente de tráfico y tenía la misma lesión que yo. A él lo intervinieron a las cinco horas y puede andar ayudado con una muleta”, sentencia la leridana.

En el Vall d’Hebron, cuatro días después de la operación, le dijeron que no volvería a caminar

El letrado de la familia afirma que “desde que se produjo la cesárea con aplicación de anestesia epidural hasta que se adoptó alguna medida para verificar el motivo de la falta de sensibilidad transcurrieron más de 14 horas, esto es, un tiempo muy prolongado para evitar que la lesión medular fuese definitiva”. “En todo este tiempo ni el Arnau de Vilanova ni nadie me ha dado una explicación”, asegura Carmen. Este periódico se puso en contacto con el centro y con el ICS en Lleida, que declinaron valorar el caso.

No recibe ningún tipo de atención y solicita una vivienda adaptada Once meses después de haber sido madre, de los que más de dos se los pasó ingresada en el Institut Guttmann, Carmen Mejía no ha recibido ningún tipo de ayuda médica o psicológica. Incluso tuvo que comprarse una silla adaptada para poder bañarse y que le costó más de 400 euros. Los familiares también le consiguieron unas barras para poder incorporarse y hacer algo de ejercicio.

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