Un cargo de confianza del ayuntamiento de Lleida opta a una plaza del área que dirige

La titular de uno de los cinco cargos de confianza que conforman el personal eventual directivo de la Paeria es una de las 13 aspirantes admitidas en el concurso-oposición para una plaza de funcionario del grupo A1 -el máximo en la escala funcionarial- dentro del área que dirige. Se trata de Laura Sunyol, coordinadora técnica de Innovación y Función Pública, que opta a la plaza de funcionario de carrera de Técnico Superior Informático.

El Boletín Oficial de la Provincia oficializó el 12 de febrero la lista de admitidos y la constitución del tribunal que calificará a los aspirantes en las pruebas, que constan de una fase concurso, en la que se valoran los méritos del currículum, y una fase oposición con tres ejercicios. El hecho de que un cargo de confianza, designado por el gobierno, se presente a un concurso en el área de su competencia es una situación inédita en el ayuntamiento, al menos en mucho tiempo, y ha provocado múltiples comentarios entre el personal.

La teniente de alcalde responsable de Gobierno Abierto (concejalía de la que depende Recursos Humanos), Jordina Freixanet, señaló que no hay ninguna normativa que impida a un cargo de confianza optar a una plaza. “Todo el mundo puede presentarse a un proceso selectivo”, destacó, y añadió que lo que sí está “taxativamente prohibido” es que políticos y asesores formen parte del tribunal, “lo cual garantiza la objetividad e independencia en el proceso”. Freixanet también indicó que Sunyol “ha desarrollado estas tareas [las propias de la plaza] durante años como personal interina”.

Dice que “todos pueden presentarse” y que lo que veta la ley es a políticos y asesores en el tribunal

El Colegio Oficial de Ingeniería Informática preguntó a la Paeria por qué el concurso no pide esta titulación para optar a la plaza. Un portavoz precisó que esto sucede en la mayoría de administraciones porque el catálogo de profesiones vigente en el Estado no incluye esta y otras titulaciones de ingenierías con máster. “Su respuesta fue muy lógica, porque se ajusta a la ley”, reconoció.