Los Tedax de Mossos desactivan 492 proyectiles desde 2019 en Lleida

El 1 de abril de 1939 finalizó la Guerra Civil. Ochenta y dos años después, los técnicos especialistas en desactivación de artefactos explosivos de los Mossos d’Esquadra, conocidos como Tedax, siguen desactivando proyectiles y granadas de mano o de mortero que ciudadanos descubren tras décadas ocultos en campos, caminos, inmuebles o bosques.

En las comarcas de Lleida, los artefactos de la Guerra suponen aproximadamente el 80% de los proyectiles que los Tedax desactivan. Desde el año 2019, han localizado 492, de los que 243 fueron en 2019, 186 en 2020 y 63 entre enero y abril de este año.

“Un 65% son material de artillería, un 20% granadas de mano y un 15% granadas de mortero”, explica Jordi, uno de los diez agentes de los Tedax de Lleida. Las otras unidades están en el complejo de Egara (Sabadell), Girona y Salou.

“Prácticamente recogemos todos los artefactos y los llevamos a graveras para destruirlos. Allí contamos con una ambulancia de apoyo avanzado, porque cualquier accidente podría suponer heridas incompatibles con la vida, y con los Bomberos, para evitar cualquier incendio”, afirma el agente.

Sin embargo, si detectan el mínimo riesgo de que el proyectil pueda estallar durante su traslado, la detonación se hace en el lugar. “Esto, por ejemplo, sucedió en Cervera en marzo del año 2016.

Apareció una bomba durante las obras de construcción de un supermercado. Tuvimos que desalojar a los vecinos en un operativo que se alargó más de diez horas.

Debemos trabajar con la máxima seguridad”. Pero los Tedax hacen otros servicios.

Este año, la unidad de Lleida ya ha llevado a cabo 79 actuaciones. En 2020 fueron 242 y en 2019, 184.

Y no solo actúan en Lleida sino en otros muchos puntos de Catalunya. Así, por ejemplo, estuvieron en la casa de Alcanar donde yihadistas prepararon los atentados de Barcelona y Cambrils.

También forman parte de dispositivos de seguridad de autoridades o de grandes infraestructuras como aeropuertos, y actúan cuando hay amenazas de bomba. Cuentan con material de última tecnología como un vehículo de desactivación remoto, equipos de radiografía o de visión nocturna y trajes de protección blindados.