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MEDIO AMBIENTE FAUNA

Una paloma por cada 9 vecinos

Varias palomas en los balcones de un edificio abandonado en la calle Sant Martí.

Varias palomas en los balcones de un edificio abandonado en la calle Sant Martí.JORDI ECHEVARRIA

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Son el símbolo de la paz, pero también son sinónimo de suciedad, insalubridad y molestias a los vecinos.

Hablamos de las palomas, unas aves cuya población en Lleida no ha hecho más que aumentar en los últimos años y que ha llevado a la Paeria a tomar cartas en el asunto para frenar su expansión. Y es que según informó el propio consistorio, se estima que a día de hoy hay unas 16.000 palomas en la ciudad.

Esto supondría una media de un ave por cada nueve habitantes, y su proliferación provoca quejas por parte de vecinos y comerciantes.

“En los últimos meses hemos notado un aumento de la presencia de estas ratas del aire”, asegura un comerciante de la calle Sant Antoni, que añade que “algunas incluso entran en las tiendas o molestan a las personas que están en una terraza tomando algo, es algo asqueroso”. Otro comerciante de la calle Major afirma que “hay días que tienes que ir esquivándolas a ellas o a sus excrementos; no sé si ha aumentado la población de palomas o no, pero desde el inicio de la pandemia sí que han hecho más acto de presencia en la calle”.

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La presencia de estas aves es muy común en el Centro Histórico y el Eix Comercial, así como en los parques y jardines de la ciudad como los Camps Elisis y los polígonos industriales, donde se encuentran las fábricas de pienso, uno de los alimentos favoritos de las palomas y que facilita su reproducción.

A raíz de esta situación, el ayuntamiento se reunió esta semana con los empresarios del polígono para coordinar acciones de cara a reducir la población de estas aves. Desde el consistorio atribuyen su incremento a los confinamientos por la pandemia del coronavirus, que han potenciado las ya de por si buenas condiciones que tiene la ciudad para que se reproduzcan, porque disponen de agua en el río y de comida, especialmente en las fábricas de pienso.

Varios comerciantes del Eix aseguran que su número ha aumentado y molestan a los clientes y a los negocios

La Paeria encargó un censo de palomas el pasado otoño y, además de cifrarlas en unas 16.000, este informe concluye que “su número, así como el de las nidificaciones, es más que considerable y se recomienda adoptar medidas de gestión y control, ya que, además de provocar suciedad, las palomas pueden ser transmisores de enfermedades, virus, bacterias y parásitos que pueden provocar enfermedades en las personas y otros animales”.

Es por ello que, además de actuar en el polígono junto con los empresarios, la Paeria identificará los puntos de nidificación y de descanso de estas aves por toda la trama urbana y cerrará las ventanas y agujeros en los edificios que estas utilizan como refugio, además de colocar pinchos, redes y demás elementos que impidan que permanezcan allí y hagan nidos.

En este sentido, el presidente de los comerciantes del Eix Comercial, Llorenç González, recordó que “hace años ya se intentó solucionar esta lacra colocando jaulas atrapapájaros en la calle Sant Antoni, donde abundan estas aves, pero no dio un buen resultado”. Lo que está claro para González es que “su población ha aumentado y ha pasado de ser una molestia a convertirse en una preocupación para todos”.

Quejas en diferentes barrios por la presencia de ratas en la calle No solo las palomas han generado quejas vecinales en los últimos meses. La presencia de ratas en la calle en diversos barrios, como La Bordeta, Cappont, Pardinyes, Balàfia o Mariola, ha motivado que los representantes vecinales hayan pedido al consistorio que tome medidas para erradicarlas intensificando la campaña de desratización. Los edificios abandonados sirven de lugar de nidificación tanto para palomas como ratas.

Varias palomas en los balcones de un edificio abandonado en la calle Sant Martí.

Varias palomas en los balcones de un edificio abandonado en la calle Sant Martí.JORDI ECHEVARRIA

Varias palomas en los balcones de un edificio abandonado en la calle Sant Martí.

Varias palomas en los balcones de un edificio abandonado en la calle Sant Martí.JORDI ECHEVARRIA

Varias palomas en los balcones de un edificio abandonado en la calle Sant Martí.

Varias palomas en los balcones de un edificio abandonado en la calle Sant Martí.JORDI ECHEVARRIA

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