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Un hogar para poder renacer

Veintiuna personas que llevaban años en la calle residen ahora en pisos en la capital gracias al programa Housing First impulsado por Sant Joan de Déu y la Paeria || Les orientan y empoderan para que ganen habilidades sociales, recuperen la salud y, si es posible, encuentren trabajo

Ch. T., mirando por el balcón de su casa, donde lleva 5 años, gracias al programa Housing First.

Ch. T., mirando por el balcón de su casa, donde lleva 5 años, gracias al programa Housing First.S.E.

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Vivienda primero. Esto es lo que significa en inglés Housing First, el programa que Sant Joan de Déu Terres de Lleida lleva aplicando en la ciudad de Lleida junto con el área de Inclusión de la Paeria desde 2017 y que consiste en proporcionar un piso a personas que llevan años malviviendo en la calle para que se convierta en su hogar y les sirva de punto de inflexión para mejorar todos los aspectos de su vida con un acompañamiento socioeducativo. Esta metodología nació en Nueva York en los años noventa del siglo pasado y su éxito ha quedado demostrado, puesto que un 95% de los participantes mantienen la vivienda a los dos años.

Actualmente en Lleida hay 21 usuarios viviendo en pisos gracias a este programa. Las viviendas las proporcionan el ayuntamiento, la Agència d’Habitatge de Catalunya y el mercado privado. Se trata de personas solas de una media de edad de 50 años, que llevan un promedio de 7 en la calle, con alguna problemática de adicciones o salud mental y desconectados de otros recursos destinados a este colectivo.

Un equipo de profesionales formado por una directora, una trabajadora social y un educador social trabajan en la creación de un vínculo con estas personas, que al principio suelen mostrarse desconfiadas.

Los usuarios deben firmar un contrato de compromiso para participar en el programa que incluye el copago de la vivienda con el 30% de sus ingresos (suelen tener alguna prestación), una visita semanal del equipo y mantener una buena convivencia vecinal. Josep Agustí, educador social, y Cristina León, trabajadora social, subrayan que no existe un límite de tiempo para la estancia en la vivienda, de manera que los usuarios pueden considerarlo su hogar el tiempo que necesiten.

Afirman que orientan y acompañan a los participantes sin juzgarlos, para empoderarlos y que tomen sus propias decisiones para recuperar su autoestima, habilidades sociales y, si es posible, también laborales.

En definitiva, a retomar su vida y, si quieren, también la relación con sus familias, que suelen haber perdido. Tener un hogar les estimula a seguir adelante y, por ejemplo respecto a las adicciones, apuntan que el mero hecho de tener una vivienda les motiva a reducir el consumo.

“En la calle no tienes nada que perder. Todo te da igual. Pero cuando tienes una casa, tienes un motivo para querer estar bien. Puedes tener higiene, lavar la ropa, preparar comida caliente y dormir tranquilo. No quiero perder esto, porque conseguirlo no es fácil”, explica Ch. T, de 46 años, que gracias al programa reside en un piso desde el inicio del proyecto, tras años de estar en la calle y a temporadas en la pensión Jericó que funciona como albergue y en pisos de inclusión.

Inicio del Housing First

El programa Housing First comenzó en Lleida con 6 usuarios en 2017 y al año siguiente fueron 12 y se incorporaron 5 en Les Borges Blanques, donde ubican a personas desplazadas desde de Barcelona a causa de los elevados precios de la vivienda en esa ciudad. En 2019 fueron 15 y 5, respectivamente, y ahora ya son 21 y 8. En cinco años, solo dos personas han abandonado el proyecto por incumplir reiteradamente el contrato.

“Ni en sueños creía que podría llegar a estar como ahora”

Ch. T. tiene un hogar gracias al programa Housing First desde hace 5 años. Afirma que “ni en sueños creía que podría llegar a estar como ahora”. Reconoce que a veces delinquía para conseguir dinero para su adicción, pero su vida ha dado un vuelco de 180 grados. Se está rehabilitando, va al médico de forma regular, ha recuperado la relación con su familia, tiene pareja y está buscando un trabajo a tiempo parcial, porque tiene una discapacidad.

“Este verano pude visitar a mi familia después de 16 años. La última vez que vi a mi hermana iba a la escuela y ahora está casada y tiene 3 hijos. Cuando estaba mal no llamaba para no preocuparles. Ahora ellos están contentos y yo, el doble”, relata. Según la educadora y el trabajador social, es el caso “de más éxito” del programa.

El dato

21 usuarios. En 20 viviendas (dos son pareja y viven la misma). Y hay 8 en pisos en Les Borges, desplazados desde Barcelona.

Las claves

Origen del programa. Housing First, nació en 2017 con 6 pisos para 6 usuarios.

Perfil del usuario. Los usuarios son personas que llevan años solas malviviendo en la calle, de 50 años de media (la horquilla va de 35 a 70) y con problemas de salud mental o adicciones.

Contrato de compromiso. No hay límite de tiempo de estancia en los pisos y los usuarios deben aportar un 30% de sus ingresos (generalmente, alguna prestación), fijar visitas semanales con el educador y la trabajadora social y mantener la convivencia vecinal.

Ch. T., mirando por el balcón de su casa, donde lleva 5 años, gracias al programa Housing First.

Ch. T., mirando por el balcón de su casa, donde lleva 5 años, gracias al programa Housing First.S.E.

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