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Las mismas obligaciones que Endesa, pero solo 6 empleados

Las pequeñas eléctricas municipales, obligadas a cumplir los mismos requisitos que multinacionales || Normas cada vez más duras que cuestionan su futuro

La central solar de 10 MW que Nufri construye en Huelva.

La central solar de 10 MW que Nufri construye en Huelva.CONTRAIX/VIQUIPÈDIA

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El mercado de la energía es de talla única, y es una talla enorme. Una multinacional como Endesa, con miles de empleados, tiene las mismas obligaciones ante la administración y los consumidores que la eléctrica municipal de Almenar, con cuatro trabajadores fijos y dos eventuales. Es un sector hiperregulado, cada vez más exigente en cuanto a trámites y rendición de cuentas, y donde solo los grandes compradores tienen cierta capacidad de negociar precios a la hora de adquirir energía.

Esta situación perjudica a las operadoras más pequeñas, obligadas a adaptarse a cambios cada vez más frecuentes. “Parece que quieran expulsar del mercado a los más pequeños”, afirma Josep Guillamet, alcalde de Montoliu de Lleida. La eléctrica del municipio tiene unos 300 abonados y su plantilla se reduce a una empleada y al trabajo sin retribución de los ediles.

Guillamet ve incierto el futuro de las eléctricas municipales. Bausen clausuró la suya hace unos años, mientras que el consistorio y los vecinos de Llimiana decidirán en los próximos meses sobre su eléctrica. Todas las compañías municipales y buena parte de las privadas de Lleida tienen décadas de antigüedad.

Algunas incluso más de un siglo. Nacieron vinculadas a centrales hidroeléctricas o a derechos adquiridos por la construcción de embalses y canales. Parte de las que se constituyeron en el siglo XX han desaparecido, y las que quedan han sufrido grandes cambios.

El mayor tuvo lugar la década pasada, cuando las antiguas sociedades tuvieron que separarse en tres: una de generación si producen energía; otra de distribución si tienen líneas eléctricas, y otra comercializadora para vender energía a consumidores finales. Almenar es el único que tiene las tres: la de generación gestiona un salto hidroeléctrico; la distribuidora, una red de 70 km de líneas que aumenta año tras año; y la comercializadora, con unos 2.000 abonados. Por su parte, Llavorsí tiene una empresa de generación y una distribuidora, pero no vende energía a sus vecinos.

Vendió su comercializadora a una operadora privada al no ser rentable.Otros nueve municipios gestionan líneas eléctricas propias con una distribuidora y venden energía a través de comercializadoras. Son Albatàrrec, Llimiana, Montoliu de Lleida, Ponts, Salàs, Sudanell, Talarn, Tírvia y Torres de Segre. Todos compran en el mercado mayorista la energía que venden (incluso quienes tienen centrales venden su producción a compañías y no a consumidores).

Esto reduce sus opciones de reducir los recibos pero, a pesar de todo, aseguran que lo consiguen. Los ayuntamientos con comercializadoras coinciden en afirmar que logran abaratar sus recibos reduciendo los márgenes de beneficios al mínimo necesario para asegurar la continuidad de sus empresas públicas. Asimismo, la eléctrica municipal de Albatàrrec ejerce como central de compras de energía en el mercado mayorista para Montoliu, Sudanell, Tírvia, Salàs y Talarn.

Con ello reducen gastos de gestión. La práctica totalidad suministra solo a vecinos a través de su propia red, con lo que evitan pagar peajes por usar las de terceros. Solo Torres de Segre tiene alrededor de un 20% de sus 1.100 abonados fuera, en localidades del Pirineo leridano y de Aragón.

Por su parte, Talarn aplica rebajas con cargo a los beneficios de su eléctrica a los vecinos empadronados.

Un total de 143 ayuntamientos compran juntos la luz

Un total de 143 municipios de Lleida, la Diputación y 27 organismos que dependen de entes locales leridanos compran su suministro eléctrico a través de la central de compras de la Associació Catalana de Municipis (ACM). Estas compras conjuntas a través de contratos anuales permite a los 691 municipios adheridos en toda Catalunya reducir sus facturas eléctricas.

La ACM ha empezado a recabar adhesiones a nuevos contratos eléctricos para instalaciones de autoconsumo. Incluirán el suministro desde la red eléctrica que no cubran los paneles solares; y descontarán del recibo los excedentes de energía que cada planta vierta en la red. En Lleida, este servicio se ha adjudicado a Peusa.

Tres centrales acaban su concesión y pasarán al Estado en siete años

Al menos tres concesiones hidroeléctricas en Lleida caducarán en 7 años y revertirán al Estado, que deberá explotarlas hasta sacarlas a concurso. La primera será la de Castillonroi, entre este municipio oscense e Ivars de Noguera, cuya reversión será en julio de 2022. La concesión de la central de Mal Pas, en Llavorsí, concluirá en junio de 2023; y la de Cardet, en Llesp, lo hará en 2028.

El Estado calcula la duración de las concesiones en un máximo de 75 años desde la ley de aguas de 1986, que limitó lo que, hasta entonces, podían llegar a ser derechos a perpetuidad. Es el caso de las centrales más antiguas, algunas centenarias, y cuyos títulos concesionales duran hasta 2061. Frente a este criterio, varios partidos defienden que estas concesiones deberían considerarse expiradas.

Imatge d'arxiu d'una planta de panells solars

Imatge d'arxiu d'una planta de panells solarsCONTRAIX/VIQUIPÈDIA

La central solar de 10 MW que Nufri construye en Huelva.

La central solar de 10 MW que Nufri construye en Huelva.CONTRAIX/VIQUIPÈDIA

La central solar de 10 MW que Nufri construye en Huelva.

La central solar de 10 MW que Nufri construye en Huelva.CONTRAIX/VIQUIPÈDIA

La central solar de 10 MW que Nufri construye en Huelva.

La central solar de 10 MW que Nufri construye en Huelva.CONTRAIX/VIQUIPÈDIA

La central solar de 10 MW que Nufri construye en Huelva.

La central solar de 10 MW que Nufri construye en Huelva.CONTRAIX/VIQUIPÈDIA

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