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La Paeria da por perdidas las torres de la Llotja de Lleida y quiere recuperar el solar

El ayuntamiento de Lleida, a través de la sociedad municipal Centre de Negocis i Convencions, ya ha iniciado gestiones para poder recuperar la propiedad del solar de las torres de la Llotja, después de que Metrovacesa, promotora de lo que debían ser dos edificios emblemáticos de la ciudad paralizara las obras hace ya dos años.

Imagen actual del estado de abandono del solar, situado al lado de la Llotja.

Imagen actual del estado de abandono del solar, situado al lado de la Llotja.GERARD HOYAS

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Las famosas torres de la Llotja de Lleida serán finalmente solo un espejismo, salvo un giro imprevisto final del guión. No solo porque la empresa promotora, Metrovacesa, tiene las obras paradas desde hace dos años, sino porque la Paeria, a través del Centre de Negocis y Convencions (CNC), inició hace unos meses trámites de cara a recuperar la propiedad del solar. De hecho, CNC y Metrovacesa ya han mantenido reuniones para analizar una posible solución pactada, según ha podido saber este diario.

El CNC ha encargado sendos informes jurídicos a un catedrático de Derecho de la Universitat de Lleida (UdL) para que dictamine si es posible que la reversión pueda ser gratuita, como fijaba el contrato original. El pliego de condiciones del concurso convocado para la venta de esta parcela establecía que a partir de la firma del contrato el adjudicatario disponía de tres años para construir las torres. En caso de no hacerlo, indicaba que el CNC “podrá proceder a resolver unilateralmente el contrato” e “implicará la reversión a su favor de la finca vendida”.

La venta, firmada por una cantidad récord de 49,5 millones (ver desglose), se materializó justo antes de que estallara la burbuja inmobiliaria. A causa de la crisis, la Paeria concedió diversas prórrogas y, paralelamente, la propiedad fue cambiando de manos. De hecho, en marzo de 2017, un informe jurídico encargado por el CNC puso en duda que la Paeria pudiera recuperar la titularidad de la finca de forma gratuita.

Señalaba que, a pesar de la existencia de esta cláusula, la propietaria del solar (que entonces era el BBVA) podía recurrir a los tribunales para pedir la nulidad de la misma, y que en función de diversa jurisprudencia, había el riesgo de que una sentencia obligara a reintegrar al menos parte de lo ingresado por la venta. Las torres de la Llotja debían ser dos edificios de 21 plantas con 196 viviendas, 98 en cada una. Metrovacesa inició las obras en verano de 2019, pero en noviembre las paró indicando que Endesa debía retirar un cable de media tensión que pasaba por el subsuelo.

Esta operación quedó completada a principios de 2020, poco antes del inicio de la pandemia, pero las obras ya no volvieron a reanudarse. Esto llevó a la Paeria a declarar la caducidad de la licencia de obras en diciembre de 2020. Entonces, Metrovacesa corrigió el proyecto y en mayo de este año la Paeria le autorizó a construir una de las torres.

Sin embargo, tampoco retomó los trabajos y, en cambio, sí ha mantenido reuniones con responsables municipales para buscar una salida que le permita al menos recuperar parte de la inversión efectuada. Consultada por este diario, la empresa se limitó a manifestar que “Metrovacesa y el ayuntamiento están actualmente estudiando este asunto de manera conjunta” y eludió hacer ninguna otra valoración.

Un solar vendido por 49,5 millones en el cénit de la burbuja inmobiliaria La venta del solar para las torres de la Llotja a través de un concurso convocado por el CNC coincidió con el momento más álgido de la burbuja inmobiliaria, a principios de 2007. Fue adjudicado a la promotora Cerbat por 49,5 millones, lo que suponía pagar 1.830 euros por metro cuadrado, ya que la finca tiene 2,7 hectáreas, dinero que se utilizó para financiar la construcción de la Llotja. Las obras de las dos torres, denominadas Indíbil i Mandoni, debían comenzar en 2008, pero con la crisis, quedaron pospuestas ‘sine die’. Este proyecto era mucho más espectacular que el presentado por Metrovacesa una década después, ya que tenían fachadas acristaladas con efecto flotante, porque la planta baja era más estrecha, y además eran asimétricas, con una de 14 plantas y otra de 22.

Sucesivos cambios de propiedad tras estallar la crisis

La promotora Cerbat, adjudicataria inicial del solar, estaba participada en un 49% por la empresa leridana Batlle Cervera y en un 51% por Procam, inmobiliaria de CatalunyaCaixa, que en 2009, en plena crisis, asumió el 100% de las acciones. Esta y otras operaciones inmobiliarias motivaron una investigación judicial a la excúpula de Catalunya Caixa encabezada por Narcís Serra, que acabó siendo archivada en 2018.La fusión de esta caja con otras dio origen a Catalunya Banc, que tuvo que ser nacionalizado en el año 2012 al no poder cumplir con las exigencias de capital. Este solar pasó a manos de la Sareb que, tras ponerlo a la venta sin éxito, lo retornó a Catalunya Banc argumentando que tenía unas cargas demasiado altas.

Entonces el banco ya había sido adquirido por el BBVA, que en 2017 solicitó la licencia para construir las torres con un proyecto que modificaba el original al prever dos iguales de 21 plantas. Poco después, el BBVA traspasó la propiedad a Metrovacesa, que fue la que acabó obteniendo la licencia.

Imagen actual del estado de abandono del solar, situado al lado de la Llotja.

Imagen actual del estado de abandono del solar, situado al lado de la Llotja.GERARD HOYAS

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