SEGRE

POLÍTICA PAERIA

Sin confianza y sin censura

Momento en el que 13 votos de la oposición rechazaron el nuevo presupuesto en el pleno.

Momento en el que 13 votos de la oposición rechazaron el nuevo presupuesto en el pleno.JORDI ECHEVARRIA

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La primera cuestión de confianza planteada por un alcalde de Lleida desde la restauración de la democracia fue rechazada el pasado día 27 por 13 votos en contra (PSC, PP y no adscritos), 12 a favor (el gobierno de ERC y Junts) y dos abstenciones (Comú). Miquel Pueyo la presentó vinculada a la aprobación del presupuesto para este año. Antes de comenzar el pleno, ya estaba claro que la perdería, pero también que no hay alternativa viable, así que la moción de censura que la oposición puede presentar en el plazo de un mes, hasta el próximo día 27, siempre ha sido más teórica que real y salvo un cataclismo político de última hora ni tan siquiera llegará a formularse, por lo que Pueyo quedará confirmado y el presupuesto, aprobado inicialmente.

Pueyo insiste en que la cuestión de confianza estaba vinculada a desbloquear el presupuesto. “Tenía la opción de poner la alcaldía por encima de todo y prorrogar el del pasado año o la opción más corajosa de la confianza para evitar el bloqueo, sabiendo que tenía riesgos”, remarca. “Sin presupuesto, se iban al garete el equipamiento comunitario de múltiples usos [el albergue de Pardinyes], el Agro Living Lab [en Gardeny], las depuradoras de Sucs y Raimat, vehículos para la Guardia Urbana o el proyecto museográfico del Morera”, detalla, y deja claro que nunca se ha planteado tirar la toalla, “Mi intención y horizonte es seguir ejerciendo la responsabilidad de gobierno”, sentencia.Y la posibilidad de que la oposición lo eche con una moción de censura parece utópica.

El motivo es que para ello se necesitan las firmas de 14 de los 15 concejales de la oposición. Esto obliga al PSC, con 7, a tener a la vez el apoyo del Comú y del PP, con dos ediles cada uno, ya que aunque los 4 no adscritos la suscriban, necesita al menos otros tres. Y si conseguir que el Comú y el PP apoyen simultáneamente a un candidato del PSC es muy difícil, en la Paeria es casi imposible.

El Comú, que formaba parte del gobierno junto a ERC y JxCat hasta julio, puede estar de uñas con sus exsocios, pero los cambios que les reclama son para hacer más patente una ruptura con los anteriores gobiernos socialistas. Su jefe de filas, Sergi Talamonte, considera que “no tiene sentido” formar “un gobierno Frankenstein” con PSC, PP y ediles no adscritos que formaron parte de Cs (tres) y Junts (uno), teniendo en cuenta además que falta poco más de un año para las elecciones. Añade que no han recibido ninguna propuesta para apoyar una censura, a pesar de que el líder del PSC, Fèlix Larrosa, anunció conversaciones para buscar una alternativa.

Precisamente, el portavoz del PP, Xavi Palau, señala que “hay que ver si hay una moción con un candidato que dé el paso adelante, a mí nadie me lo ha planteado”. Palau cree que tras perder la cuestión de confianza “el gobierno debería ser el primero en mover ficha”, subraya que “hay una situación de desencanto con todo paralizado 30 días” y cree que “se somete a la ciudadanía a un estrés político que no se merece”.

Por su parte, Larrosa dice con respecto a estos dos grupos que “el lunes me reuniré con el PP y el martes con el Comú” y que será entonces cuando tomará una decisión. El líder de la oposición niega que la incompatibilidad entre las distintas fuerzas sea un obstáculo insalvable. “En política, una cosa es firmar una moción y otra estar en el gobierno”, afirma, aunque admite que la dificultad de conseguir el apoyo de 14 ediles “es evidente”. Larrosa subraya que “los que no quieran firmar deberán ser los que den las explicaciones” del por qué. De todas formas, defiende que la situación actual demuestra que “el gobierno está en una situación de debilidad absoluta” al contar con solo 12 de los 27 ediles.

“Necesitará hablar con los demás grupos para aprobar cualquier proyecto y seguro que [Pueyo] habrá aprendido que no puede ir de señorito por la vida y que tiene que arremangarse como Sánchez y Aragonès y no mirárselo desde la tribuna”, indica, y critica que “concejales del gobierno no se hablan entre ellos”. “Es el alcalde de Lleida más débil de la democracia”, señala, y agrega que “aunque no hubiera censura o sea fallida, nadie concluirá que Pueyo es el alcalde que necesita la ciudad”.

“El grupo socialista es prisionero de su nostalgia del pasado”

El fracaso de la negociación para pactar el presupuesto ha ahondado todavía más las diferencias entre el gobierno y el PSC, que tiene los mismos ediles que ERC (7). Pueyo resalta que “el PSC presentó 45 alegaciones y estábamos dispuestos a estudiarlas todas hasta el último momento salvo la que pedía descartar el ECMU, lo que no haremos porque tenemos 4 millones de la Generalitat y la ciudad tiene una situación vergonzosa desde que se cerró el albergue en 2005”. En este sentido, sostiene que “el grupo socialista tuvo muchísimas dificultades para asumir la derrota sufrida en 2019, antes del verano ya hablaba de moción de censura y se ha quedado como prisionero del pasado en lugar de jugar un papel importante como primer grupo de la oposición”. “Lo que se aprecia debajo de este ruido [la posible censura] es que hay concejales que miran con nostalgia al pasado”, manifestó, actitud que contrapuso con la de los que “miran hacia el futuro cuando queda un tercio de mandato, el más apasionante porque podremos implementar proyectos y ponerlos en marcha”.Pueyo reivindica la legitimidad y solidez de su alcaldía afirmando que “fui elegido alcalde con el apoyo de fuerzas que sumaban el 51% de votos y con un perfil soberanista y de cambio de modelo de gobierno; gané las elecciones y fui elegido con una mayoría cómoda”. Asimismo, defiende que siempre ha dialogado, al contrario de lo que critica la oposición. “Nunca he dejado de hablar con concejales de otras fuerzas”, dice, y añade que también “hay la voluntad de seguir hablando” con sus exsocios del Comú. “Mi responsabilidad es ser el alcalde de todos los leridanos”, proclama, y subraya que su prioridad “es dar impulso a la ciudad con el presupuesto de este año”.

La normativa obliga a que 14 ediles presenten la moción

La normativa establece que una moción de censura contra Pueyo debe ser firmada por 14 ediles, que constituyen la mayoría absoluta del pleno. Una modificación de la Ley Orgánica de Régimen Electoral (Loreg) en 2011 obligaba a aumentar este número en el mismo de concejales no adscritos que hubiera en el pleno municipal, pero en 2018 el Tribunal Constitucional revocó este punto y estableció que este supuesto solo debía aplicarse en el caso de los ediles no adscritos que hubieran formado parte del grupo político del alcalde contra el que se dirige la censura. En la Paeria, no hay ninguno, ya que aunque el concejal no adscrito Sergio González formó parte del gobierno, lo hizo como miembro del grupo de Junts per Catalunya y no de ERC, que es el de Pueyo.

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