El nuevo fiscal jefe de Lleida pide más medios para hacer frente a la delincuencia

Jorge Lucía Morlans tomó ayer al mediodía posesión del cargo de fiscal jefe de Lleida en un acto el que se marcó como principales objetivos que “los fiscales trabajen en equipo para hacer frente a la delincuencia organizada” y contar “con más medios para luchar contra ella” a través de una mayor colaboración de las institución. Apostó también por la digitalización, afirmando que “hay que desterrar el papel”, entre otros retos. De su predecesor, Juan Boné, que lo apadrinó y que llevaba cargo desde el año 2006, aseguró que que “es un espejo en el que reflejarnos y una guía para todos nosotros”.

El acto tuvo lugar en una de las nuevas salas de vistas de los juzgados del Canyeret y fue presidido por el fiscal superior de Catalunya, Francisco Bañeres, que calificó la trayectoria de Juan Boné de “ejemplar, leal y excelente”. Asimismo, animó al nuevo fiscal jefe a afrontar lo cambios y a luchar contra “el aumento de delitos como los que se producen contra la libertad sexual, el odio y la discriminación, la violencia de género, los relacionados con las nuevas tecnología y de drogas como el tráfico de marihuana”. Por su parte, Albert Guilanyà, magistrado de la Audiencia de Lleida, puso de relieve que “jueces y fiscales somos las dos caras de la misma moneda y debemos impartir justicia”.Lucía, nacido en Zaragoza el 8 de octubre de 1978, afirmó que “me mueven la pasión, el corazón y la ilusión, pero siempre con cabeza y prudencia”.

El nuevo fiscal jefe ingresó en 2006 en la carrera fiscal y Vilanova i la Geltrú fue su primer destino. Está destinado a la Fiscalía de Lleida desde 2008 y durante estos años ha formado parte, entre otros de la sección de Menores y también ha sido delegado del Sistema de Información del Ministerio Fiscal, delegado de criminalidad informática y delegado por la tutela penal de la igualdad y contra la discriminación.