Las matrículas universitarias de Catalunya, entre las más caras
El mismo grado llega a costar el doble que en Asturias o Canarias
Un aula de la UdL vacía.
Estudiar una carrera en una universidad catalana puede llegar a costar más del doble para el alumno que hacerlo en Asturias. Así lo constata el informe que publicó ayer el Observatorio del Sistema Universitario (OSU), que muestra que la primera matrícula más barata en una universidad pública catalana tiene un coste de 1.061 euros, mientras que en otras comunidades como Asturias, Canarias o Galicia el precio es inferior a los 600 euros. No obstante, en el caso de los grados más caros la situación es bastante diferente, ya que la primera matrícula más cara de Catalunya es de 1.108 euros, lo que la sitúa en la media estatal de las comunidades autónomas, con La Rioja y Castilla y León como las más caras (1.361 y 1.339 euros respectivamente), mientras que Andalucía (donde todos los primeros grados valen lo mismo, 757 euros) y Galicia (836 euros) son las más baratas.
Tras analizar estas cifras, el OSU ha constatado que los precios de las matrículas universitarias han bajado este curso “aunque se mantienen muy elevados y hay grandes diferencias para un mismo estudio entre comunidades autónomas, que podrían consolidarse o incluso aumentar”. En este sentido, cabe recordar que el departamento de Universidades rebajó en verano los precios de las carreras por tercer año consecutivo, lo que provocó que por primera vez en 10 años todos los precios, tanto de grados como de másters que habilitan para ejercer una profesión, tengan un coste inferior a 20 euros por crédito.
Sin prueba de madurez
El ministerio elimina la prueba de madurez y las preguntas tipo test de la nueva selectividad
Por otro lado, el ministerio de Educación ha eliminado la prueba de madurez y las preguntas tipo test para la nueva selectividad, conocida como Evaluación del Bachillerato para el Acceso a la Universidad. Asimismo, ha aumentado el tiempo de realización de los ejercicios, pasando de 90 minutos a 105 minutos. Al respecto, el ministro del ramo, Joan Subirats, remarcó que “se está haciendo una reforma parcial” con “cambios mínimos” y que la “reforma más profunda” de la prueba se haría a partir del 2028, en cinco años.
