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En estos tiempos de confinamiento doméstico hay que agudizar el ingenio para intentar pasarlo bien, así que el sábado por la noche los residentes en un piso de la calle General Brito con terraza interior montaron en ella un equipo musical. Aunque el volumen era más que alto, la hora era prudencial, poco después de las 21.00. Una de las canciones que pudieron oír todos los vecinos de los bloques circundantes fue Hay que venir al sur, de Raffaella Carrà.

Fiesta de inconscientes

Otra cosa muy diferente es lo que hicieron un grupo de jóvenes en Magraners, que se congregaron en una casa para celebrar una fiesta rompiendo el confinamiento y poniendo en riesgo la salud de ellos mismos y sus familias.

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