Se atribuye al presidente francés Clemenceau el consejo a los políticos de tragarse un sapo cada mañana para irse acostumbrando y el equipo de gobierno de la Paeria se desayunó ayer con el anuncio de que el Comú no apoyaría los presupuestos. Como fracasaron las negociaciones de última hora, ya sabían que tendrían que tragarse el sapo en el pleno que empezó con malos augurios porque se rompió un vaso antes de empezar. También les tocó admitir en el pleno de la EMU la infravaloración de activos y a Ángeles Ribes le faltó tiempo para bautizar el de ayer como el pleno de los sapos y que se los tragaban del tamaño de ballenas.
Se notaba la crispación en los semblantes y el alcalde Pueyo levantó la sesión cuando pretendía intervenir el portavoz del Comú.
