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Los periodistas que cubren el Aplec del Caragol deben hacer su trabajo mientras decenas de miles de personas están de fiesta a su alrededor y, además, como dábamos cuenta ayer, varios acabaron mojados por los disparos de las pistolas de agua. Ahora bien, ayer se llevaron un mejor sabor de boca, ya que la Federació de Colles (Fecoll) les obsequió con una copa de cava al término de la rueda de prensa para hacer balance de esta edición.

Manguerazo desde el balcón

Es habitual que los participantes en el pasacalles del Aplec pidan a los que les miran desde balcones y ventanas que les tiren agua. Este año todavía más, por el calor, y hubo quien optó por enchufar una manguera a un grifo y regarles desde el balcón.

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