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Piqué i la famosa samarreta.

Piqué i la famosa samarreta.

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A Piqué, desde la caverna mediática, le han dado más que a una estera en estos últimos tiempos: por ser del Barça, por ser catalán, por alguna frase desafortunada (que también), por ir a las manis de la Diada y por ser sorprendentemente sincero en una profesión donde se guarda más la ropa que nadar. Ahora, con una demostración más de que a las redes sociales las carga el diablo a partir de una mentira, redifundida hasta la saciedad, se armó un pitote de cuidado que ha derivado en que Piqué, con esta gota que ha desbordado un vaso ya muy lleno, haya dicho que “hasta aquí hemos llegado” y que se irá de la Selección después del Mundial de Rusia. ¡Ah, amigo! Esto es otra cosa. Y desde donde se le atacaba, hostigaba, manipulaba y se ejercía información tendenciosa, ahora todo es defenderle, en el caso de Pedrerol y sobre todo Alfredo Relaño desde el As. Ahora lloran su adiós por lo que van a perderse y dicen aquello de “no era para tanto”. ¿Todos? No, todos no. Entre tanta hipocresía mediática, al menos Inda fue consecuente y continuó arreándole a base de bien.A Piqué, desde la caverna mediática, le han dado más que a una estera en estos últimos tiempos: por ser del Barça, por ser catalán, por alguna frase desafortunada (que también), por ir a las manis de la Diada y por ser sorprendentemente sincero en una profesión donde se guarda más la ropa que nadar. Ahora, con una demostración más de que a las redes sociales las carga el diablo a partir de una mentira, redifundida hasta la saciedad, se armó un pitote de cuidado que ha derivado en que Piqué, con esta gota que ha desbordado un vaso ya muy lleno, haya dicho que “hasta aquí hemos llegado” y que se irá de la Selección después del Mundial de Rusia. ¡Ah, amigo! Esto es otra cosa. Y desde donde se le atacaba, hostigaba, manipulaba y se ejercía información tendenciosa, ahora todo es defenderle, en el caso de Pedrerol y sobre todo Alfredo Relaño desde el As. Ahora lloran su adiós por lo que van a perderse y dicen aquello de “no era para tanto”. ¿Todos? No, todos no. Entre tanta hipocresía mediática, al menos Inda fue consecuente y continuó arreándole a base de bien.

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