Como las audiencias siguen sin dispararse y Edmundo Bigote Arrocet se mantiene en stand-by a la espera que los guionistas decidan lo contrario y comiencen a cuestionarse su relación con María Teresa Campos –que saldrá, tarde o temprano, saldrá porque para eso ha ido a la isla de los mosquitos–, han tenido que improvisar sobre la marcha para acelerar los malos rollos entre los concursantes de Supervivientes.
Los elegidos han estado Alba Carrillo, la ex del tenista Feliciano López, y su madre Lucía Pariente, mujer de armas tomar donde las haya, por un lado, y Gloria Camila, la hija de Rocío Jurado y del torero Ortega Cano y su novio, Kiko Jiménez, de profesión, pues eso, novio de... Comenzaron picándose, lanzándose puyas, y acabaron llegando a las manos después de que Alba Carrillo le espetase a la Cano Jurado lo de “al menos mi padre no ha estado en la cárcel por matar a una persona”.
Luego, teatrillo de bueno, Alba Carrillo y su madre abandonando para volver poco después y Gloria Camila, como penitencia, separada de su amante novio. Hasta la próxima.
