Éxito por partida doble para La casa de papel que estrenó el miércoles Antena 3. Al rebufo del Madrid-Atlético de Champions –el primer capítulo se emitió inmediatamente después– alcanzó una audiencia bárbara y, segundo porque la serie demostró un altísimo nivel en la línea de las producciones innovadoras como lo fueron, en su momento, El ministerio del tiempo o Vis a Vis a quien mandan un guiño cromático aunque sustituyendo el amarillo de aquella por el rojo.
El arranque del estreno fue espectacular. Una banda perfectamente organizada decide dar el golpe perfecto: asaltar la Fábrica de Moneda y Timbre y, ya en su interior, imprimir ni más ni menos que 2.500 millones de euros. Lo malo es que hay rehenes y la policía rodea el edificio. Y esta trama tiene que durar 18 capítulos. O sea que la tensión está asegurada.
En casa nos sobró esa música de fondo que a veces entorpecía la correcta audición de los diálogos y ese guiño a la tarantiniana Reservoir Dogs en el detalle de la elección de los nombres del selecto grupo de atracadores. De momento la cosa promete. Y mucho.
