Qué Merlí ha sido un rotundo éxito está fuera de toda duda y discusión. Récords de audiencia en cada capítulo y en cada temporada hasta llegar al 22,2 por ciento en su entrega final con más de 620.000 espectadores. La serie que se ha emitido en La Sexta en castellano ha sido vendida a ETB, que la doblará al euskera, a Netflix, a Canal+ Francia y a Movistar... La denominada La nit de Merlí, con un falso directo desde el TNC donde 800 privilegiados, mayoritariamente adolescentes, pudieron ver en pantalla grande el desenlace con la previa de la alfombra roja de las grandes ocasiones, nos retrotrajo al mundo más fan. Todo esto está ahí y no va a haber quien lo mueva. Incluso el listón está altísimo para Benvinguts a la família, su sustituta a partir del próximo lunes, pero la última entrega no fue redonda. No tanto por la muerte de Merlí de un ictus cerebral siguiendo la tradición de TV3, sino por ese forzado epílogo del “siete años después” para ver qué fue de los alumnos pasados por el maquillaje. Nos recordó demasiado a otras series adolescentes del pasado.
