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Marlasca, ejemplo de credibilidad.

Marlasca, ejemplo de credibilidad.SEGRE

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El triste caso del niño Gabriel Cruz ha enseñado las vergüenzas de la mayoría de cadenas televisivas que, sí, se han volcado en el caso, pero, por desgracia, dejando entrever su amor por el morbo desmedido en aras a la audiencia. Pero no solo eso, también han mostrado la peor cara de los opinadores profesionales que inundan los platós –otra cosa son los políticos tertulianos que bastante pena tienen con no poder hablar por ellos mismos y tener que hacerlo por boca de su partido. Los tertulianos profesionales no son de este mundo. Se consideran la representación de Dios en la Tierra. Su palabra va a misa y es ley infalible. Saben más que nadie y están mejor informados que el resto de los humildes mortales. Da igual el tema que toquen: económico, político, social, deportivo o los problemas de reproducción del simpático abejaruco. Los expertos quedan siempre un peldaño por debajo suyo. En el caso del pequeño Gabriel se han explayado a sus anchas hasta agotar al personal. Menos mal que siempre nos quedará un Marlasca, en La Sexta, que da lecciones de ecuanimidad a diario.

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