Un vaso medio vacío

Después del Barça-Cultural Leonesa por TV, sin cambiar de canal, caí en la última entrega, la finalísima, de El got d’aigua, un inocuo y light concurso (por llamarlo de alguna manera) en que se buscaba, a lo largo de once semanas, al supuestamente mejor orador de Catalunya, en catalán por supuesto, tras un meticuloso casting entre estudiantes y universitarios, de ambos sexos, entre 15 y 22 años de edad. Samantha Vall ha sido la presentadora del programa con Alba Florejachs y Gemma Lligadas como coachs y jurado contando para la final al mismísimo Josep Cuní como invitado de honor. Sin haberlo seguido más que en su recta final, el programa nos pareció insustancial y con muy poco atractivo. Mucha impostación y poca espontaneidad en los candidatos. No nos extraña, pues, su fracaso en audiencia y en críticas. Hombre, puestos a buscar gancho y audiencia, mucho mejor hubiese sido hacer el El got d’ aigua con la actual nómina de políticos en activo. Muchos consejos de oratoria hubiesen necesitado de los expertos para no caer eliminados a la primera de cambio.