Después de una gala interminable, en la que el voto desde las redes sociales tiene más peso que el del jurado, Roberto Leal desveló el misterio de quién iba a ser el representante de RTVE en el Festival de Eurovisión, el próximo 18 de mayo en Tel Aviv. Un certamen que siempre parece entrar en un coma irreversible pero que, precisamente, lo salva el éxito que tiene en las redes sociales, algo ciertamente tan inexplicable como cierto. El escogido es el triunfito de la última generación Miki Núñez (Terrassa, 1996), que sorprendió a todos los favoritos (incluido el ganador de OT 2018) y sacó el viaje para Israel aunque cabe decir, viendo las caras de las tres finalistas, María, Noelia y Natalia, que tampoco lo sintieron demasiado. Es más, hasta parecían aliviadas, porque, aún sin saber lo que pasará esta vez, todo indica que ir con España al festival es ir al matadero con un único objetivo. Ya no ganarlo, tarea que parece imposible sino no acabar el último. En cualquier caso, suerte a Miki y a su La venda, una mezcla de ska, rumba catalana y salsa, compuesta por La Pegatina.
