Rizando el rizo de lo imposible

Si pensábamos que en el apartado deportivo del informativo de Antena 3 de la sobremesa ya lo habíamos visto todo (y mira que hemos visto cosas que jamás habríamos pensado que veríamos), en el de ayer, el inefable Manu Sánchez se superó a sí mismo con una noticia que nos dejó con la boca abierta y con el tenedor a medio camino entre el plato y el paladar: sí, señores, el otrora serio profesional de los deportes presentó en rigurosa exclusiva que Abu Bakr al-Baghdadi, el líder del Estado Islámico que la semana pasada se inmoló antes de ser capturado, era un aficionado al futbol y que en sus años universitarios lo había practicado y, según dijo bien, antes de radicalizarse, en vez de darle al balón, le dio por centrarse en los explosivos y el gatillo del Kaláshnikov. Es más, incluso buscaron a uno de sus profesores para que recordase cómo se comportaba en el campus. Nos pareció tan surrealista la información que hasta encontramos normales el resto de memeces con las que rellenaron los cinco o seis minutos de su sección. De verdad, si no existiese el actual Manu, habría que inventarlo.