Debates del todo inaceptables

En realidad no debería habernos sorprendido lo más mínimo el escaso nivel, salvo en el de virulencia dialéctica, que ofreció el debate televisivo entre los dos candidatos, Donald Trump y Joe Biden, a la presidencia de los Estados Unidos. Después de asistir atónitos a la relación de la justicia española con el independentismo catalán, abochornados por la guerra PP-Moncloa por el confinamiento de Madrid (los de Casado y Ayuso anteponen los partidistas intereses electorales a la salud de los madrileños) o a las broncas, casi de taberna, entre Sus Señorías en cada sesión de control del Parlamento, ya deberíamos estar curados de espantos ante lo visto en la pequeña pantalla, hasta el punto que el moderador, el prestigioso periodista Chris Wallace, de la Fox News, se vio desbordado, especialmente por Trump, que se pasó por el forro los acuerdos previos, como es preceptivo en todos los debates, con los respectivos responsables de campaña y asesores varios. ¡Hasta en 71 ocasiones interrumpió a su adversario, por lo que poder seguir mínimamente el hilo era materialmente imposible!