SEGRE
© Los lazos amarillos, también en Lleida

© Los lazos amarillos, también en LleidaLLEONARD DELSHAMS

Creado:

Actualizado:

Sr. Director:

A menudo paseando te puedes encontrar pintado en el suelo un lazo amarillo y al día siguiente, este mismo lazo, está sombreado con el color rojo, a modo de bandera nacional española.

Sin ánimo de ofender a nadie, hasta los niños se ríen de tal infantil gesto, que no hace sino que provocar los ánimos de unos y otros, sin conseguir dividir nuestra sociedad, que ahora mismo es democráticamente muy adulta y tal gesta ya no provoca otra cosa que pena, teniendo en cuenta los múltiples problemas que quedan por resolver, después de los recortes que ha provocado la última crisis. Sé que mi expresión en castellano deja mucho que desear, pues soy catalán y no me es fácil desenvolverme en castellano, pero creo que he de hacer un esfuerzo, para que quien me lea pueda entenderme, sea de habla catalana o castellanohablante.

Me gustaría que todo el esfuerzo utilizado en pintar lazos amarillos, rojos o de cualquier otro color pudiéramos utilizarlo trabajando juntos unos y otros, para enderezar el rumbo perdido de este país, que queramos o no, es un país de naciones. La mayoría de ciudadanos, dentro de la neutralidad deseada, estaríamos de acuerdo en que el encarcelamiento de políticos por sus ideas es injusto, y no está a la altura de las democracias europeas.

Guste o no, los políticos encarcelados son presos políticos y en un país que quiere participar de la construcción de una Europa democrática y moderna, esas personas deberían estar gozando de libertad. Hay mucho que hacer para enderezar esta situación de ahogo que afecta a muchas personas y familias, y que algunas mentes perversas han propiciado.

El paro en nuestro país continua siendo una lacra, el empleo precario es cada día más una norma, la Renda Garantida de Ciudadanía sigue sin solucionar la pobreza extrema, llega el invierno y todavía hay familias que no podrán calentarse por falta de medios económicos suficientes, los recortes en sanidad y enseñanza no se han revertido, el pésimo trato de las administraciones a los jubilados no ha sido restituido, el abandono por parte de las instituciones a las personas que sufren maltrato familiar no ha sido atajado convenientemente, cada día mueren personas en manos de sus parejas, sin que esto represente para los legisladores una cuestión urgente, sigue la discriminación de la mujer y de los colectivos LGTB en el trabajo, –a igual trabajo igual salario–.

Sé que habrá quien dirá que mi alegato es demagogia, claro, sin duda tiene la vida resuelta, –por el momento– pero muchos habíamos creído esto antes, luego hemos visto que todo es muy frágil y que la lucha por conquistar nuevos horizontes para la gente trabajadora es larga y constante, por lo que no nos podemos relajar. Hoy es el vecino, mañana puede ser cualquiera.

tracking