Sijena llega a su fin

Queridos lectores, el asunto judicial de la reintegración del tesoro artístico del Monasterio de Sijena llega a su fin. Han sido largos años de dura batalla judicial, pero un aragonés nunca desfallece y da gratuitamente su vida por su patria, porque por algo Aragón es el pueblo del Derecho por excelencia, tal y como así se nos conoce en el resto de España.

¿Qué se ha conseguido con todo esto? Para el patrimonio histórico español, que se respeten los grandes monumentos del país, que no se desmantelen, y que se anulen todas las operaciones y contratos que pretendan aniquilarlos y vaciarlos de su tesoro artístico.

Es mucho, muchísimo lo que se ha conseguido, y esto nos tendría que alegrar a todos, porque esta doctrina judicial será aplicable a todos los grandes monumentos españoles, también a los catalanes que, como es sabido, han padecido grandes expolios y mermas durante toda su historia. Para esa empresa, si me necesitan, considérenme un fiel amigo.

¿Qué podemos conseguir juntos en un futuro? Siguiendo el famoso dicho “aragonesos i catalans, germans”, creo que tenemos entre manos un futuro radiante y esperanzador, donde todos tenemos que hacer posible que nuestra eterna amistad se intensifique y perviva durante muchos siglos.

Es tanto lo que nos une y nos ha unido en la historia, que esto no se puede liquidar. Es como el que quiere desviar la corriente del Ebro tirando una piedra en el río. Los lazos sociales, familiares y económicos, y la amistad entre Aragón y Cataluña no se podrán romper ni con el asunto de Sijena, ni con ningún otro.

Podemos crear una red de panteones reales de los Reyes de la Corona de Aragón, que pasaría por crear una ruta que iría desde San Juan de la Peña, cuna de nuestros primeros reyes, pasando por el Monasterio de Sijena, y llegando hasta los monasterios de Santes Creus y de Poblet. Tenemos que conseguirlo, nuestras comunidades no nos lo perdonarán si no lo hacemos.

Queridos lectores, cuando llego a Lleida, siempre me siento en mi casa, viendo a mi alrededor una gente magnífica, trabajadora, honrada y honesta. No lo negaré, me siento en casa. Estoy convencido que la mayoría de la gente de Lleida, sabrá entender que el tesoro artístico del Monasterio de Sijena tiene que estar allí, que es donde se puede entender en toda su dimensión artística, religiosa y monumental. No hay otro lugar como ese para dicho fin.

Esta idea es la que debe prevalecer frente a cualquier otra pretensión, no en beneficio de unos u otros, de aquí o de allá, sino en el exclusivo beneficio de la reconstrucción de un monumento tan importante para la Historia de la Corona de Aragón, primera sede del Archivo de la Corona de Aragón, y que tanto ha sufrido en la historia y que, por fortuna, entre todos, hemos podido preservar con el feliz reintegro al mismo de todo su tesoro artístico, que es donde lucirá para goce y contemplación de todos los amantes del arte y de la historia.

El Monasterio de Sijena no es solo de Aragón, sino que también es de todos nuestros hermanos catalanes, y entre todos, tenemos que hacer que sea un lugar de encuentro, de disfrute artístico y religioso, dando ejemplo al mundo de una sana y enriquecedora convivencia que nos haga a todos más universales, más amigos y, si cabe, mejores.