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La Unión Europea más frágil, China se endurece

Profesor de ESADE Law School

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El pasado domingo 4 de marzo era el día señalado para despejar incertidumbres sobre la primera y la tercera economías de la zona euro. Las buenas noticias llegaron desde Alemania. El 66% de los militantes consultados del SPD respaldaron la formación de otra gran coalición con el CDU-CSU que abre finalmente las puertas a un cuarto y último mandato de Angela Merkel que se presenta complejo. El motor económico alemán sigue acelerando con solo un 3,6% de tasa de paro y unas finanzas saneadas que cerraron 2017 con un superávit fiscal del 1,1%. Pero Merkel perdió respaldo parlamentario tras un anterior mandato marcado políticamente por la contestada gestión de la crisis migratoria y por la irrupción de la extrema derecha del AFD en el Parlamento alemán. La nueva coalición contarà con 399 de los 707 escaños del Bundestag pero recibió solo el 53% de los votos depositados en las urnas en las elecciones del 19 de septiembre de 2017. Alemania respira aliviada tras enterrar el fantasma que amenazaba con convocar unas nuevas elecciones. La confirmación de Merkel fue celebrada en Bruselas. Las instituciones comunitarias confían que el eje franco-alemán relance una necesaria reforma de una UE en entredicho por las crecientes presiones populistas y euroescépticas en varios países miembros. La última y más sonora alarma se disparó el día 4 de marzo en Italia. El resultado de las elecciones italianas es un aviso contundente. Los dos partidos más votados son euroescépticos, antisistema y antinmigración: el Movimiento 5 Estrellas (un 32,2% de votos) y la Liga (el 19%) han barrido al Partido Demócrata de Matteo Renzi (18,7%) y a la Forza Italia de Silvio Berlusconi (13,9%). Y se prevén muchas dificultades para formar y luego asegurar un gobierno estable en Roma. A diferencia de Alemania y otros países de la zona euro, la economía italiana arrastra una década de crecimiento endémico, es menos productiva y sufre un desempleo del 10,6%. Y afronta una elevada deuda pública que aún alcanza el 135% del PIB cuando se acerca el final de la generosa política de estímulos del BCE y se encarecerá el precio del dinero. Però los programas económicos de los partidos políticos prometían rebajas fiscales y más gasto público sin proponer soluciones viables para resolver los profundos déficits económicos y sociales existentes de un país que aún no ha superado los efectos de la anterior crisis financiera de 2008. Una Italia envejecida, dividida, endeudada, débil e ingobernable es la peor noticia para Berlín y París. No se espera que el país transalpino vaya a pedir salir de la UE però sí dificultará la puesta en marcha de los planes reformistas comunitarios de Merkel y Macron contestados tanto en Europa central como en los países nórdicos. Sin Italia, un miembro fundador de la UE, las posibilidades de reforma se reducen. Bruselas debería hacer autocrítica y preguntarse por qué millones de europeos, y también el 50% de los italianes, ya no confían en las instituciones comunitarias. La UE està en una encrucijada en plenas negociaciones del Brexit que se complican a medida que avanza el calendario. El Reino Unido representa el 13% de la población, 15% del PIB y el 22% del presupuesto de defensa del conjunto de miembros de la UE. La salida británica perjudica a todos. Tendrá un impacto económico negativo para los británicos que verán reducido su acceso al mercado interior europeo. También afectará a los futuros presupuestos comunitarios. Y el hueco dejado por un contribuyente neto deberá ser cubierto por otros países miembros. Y es notorio como Holanda, Austria, Suecia, Dinamarca, Finlandia y otros, son reacios a incrementar sus aportaciones a un presupuesto, el 70% del cual se destina a financiar la PAC y de Cohesión que beneficia principalmente a los países de Europa central y suroriental. Mientras la UE se fragiliza política y económicamente y va perdiendo peso específico en la escena internacional, China endurece su régimen político para seguir creciendo económicamente. El lunes 5 de marzo se iniciaron las sesiones de la Asamblea Nacional Popular que aprobará por unanimidad una trascendental reforma de la Constitución china de 1982 que permitirá al presidente Xi Jinping permanecer en el poder más allà de 2022 para confirmarse como el gran timonel de la gran reemergencia china. Trump reaccionó calificando como “formidable” que su homólogo chino pueda ser “presidente de por vida”. Los acontecimientos confirman unos liderazgos duros que limitan el ejercicio de las libertades y derechos básicos, que lamentablemente también se abren paso en la UE. Al nuevo emperador chino Xi Jinping y al sultán turco Erdogan cabe sumar el zar Putin, que seguirá llevando las riendas de Rusia tras la esperada victoria, sin apenas oposición, en las elecciones presidenciales del 18 de marzo. Y en los próximos meses habrá otras trascendentales elecciones presidenciales en México y Brasil, dos países con nutrida presencia de las empresas españolas. Aunque las economías vayan creciendo, los riesgos políticos persisten.

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