Cromañón

Así le definió el otro día una compañera al enterarse de que había amenazado con pegar a una Senadora de Ciudadanos al escucharla en Cataluña Radio. A eso hemos llegado. Y aquella noche leí muchos de los improperios del Cromañón en las redes sociales y me quedé pensando, ¿qué lleva a una persona de éxito a usar Facebook o Twitter para ejercer la violencia? Eso es lo que ha gestado el nacionalismo. Sentí tristeza al conocer que el que escribía con tanta vileza contra una mujer era un médico, una persona que tiene el privilegio de curar a las personas, de tratar en su caso lo más íntimo de ellas. Y sin embargo, sus escritos revelaban que las desprecia, que las veja en cuanto nadie le ve. Y puedo comprender que soñar con una Cataluña independiente, aislada y con fronteras sea bonito, pero muchos otros, de hecho la gran mayoría según las últimas elecciones, preferimos una Europa moderna, donde la libertad es un pilar fundamental. Hay que tener tolerancia cero contra los cromañones que no respetan los derechos fundamentales, y por eso le denunciamos ante los Mossos. Les arengan para que sean hooligans convencidos y mientras sus líderes se llenan los bolsillos. Ese nacionalismo que fomenta el egoísmo ya se ha subido el sueldo, y ¿cuántos miran hacia otro lado? Torra, el que pide “grandes sacrificios” por su quimera, aumenta su nómina en un 5%, 146.926 euros, y ha puesto sueldazos públicos a Puigdemont y a sus fieles amiguetes de 100.000 euros. Pero el Cromañón trabaja en una profesión que da la espalda a sus acciones ruines, y la institución sanitaria en la que ejerce se ha desmarcado de su bajeza. Y es que conviene alejarse de las lecturas de los que incitan el odio, una campaña cargada contra la mayoría que no es nacionalista. El Cromañón debe buscar, además de un abogado, un espacio de tranquilidad para recuperar la paz y la compasión que se requiere para ejercer tan maravillosa profesión. No siga el camino de algunos de sus compañeros fanáticos que justifican las agresiones según ideologías. No es admisible ningún tipo de violencia, ni de insultos ni de amenazas contra nadie. Hay que condenarlas todas y sin fisuras, como yo hago, y como ha hecho siempre Ciudadanos.