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Un 2019 con altos riesgos

Profesor de ESADE Business & Law School

Un 2019 con altos riesgos

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2019 arranca con muchas incertidumbres políticas y económicas, confirmadas por el informe publicado el 8 de enero por el Banco Mundial. Queda lejos 2017, cuando la recuperación económica parecía dejar atrás los efectos de la crisis financiera de 2008. Y 2018 también empezó con unas buenas expectativas que empezaron a truncarse al desatarse los conflictos comerciales entre EEUU y China. Donald Trump confirmó, en la última cumbre del G20, celebrada el pasado noviembre en Buenos Aires, su particular cruzada proteccionista que tiene en China como principal punto de mira. Pero sus envestidas también perjudican los intereses comerciales de sus tradicionales aliados como la UE, Japón, Corea del Sur y Australia. Un grave error geoestratégico de EEUU que favorece la imparable reemergencia de China como la gran potencia mundial. Trump incluso amenaza con cerrar la frontera con su vecino México a pesar de haber impuesto una renegociación de un NAFTA más favorable para EEUU. Se comporta como un aprendiz de brujo determinado a hacer saltar por los aires el orden internacional vigente.

Los mercados financieros temen que continúen unos enfrentamientos comerciales entre las dos principales economías mundiales que perjudican a todos. También a las grandes empresas estadounidenses tecnológicas y automovilísticas, muy dependientes del mercado interior chino como es el caso de Apple. Crecen las inquietudes de las bolsas mundiales ante el parón presupuestario de EEUU, las discrepancias entre Trump y el FED, las posibles nuevas subidas de los tipos de interés, etc. Un marco complejo que conduce a un menor crecimiento mundial que retrae el comercio y la inversión. Y la deuda global se disparó hasta el 230% del PIB mundial.

Pero la estrategia de Trump tampoco le sirvió hasta hoy para corregir el alto difícil comercial de EEUU que, el pasado octubre, alcanzó los 630.000 millones de dólares debido a una subida récord de las importaciones y a una bajada de las exportaciones. Y el déficit comercial con China subió un 15% entre enero y octubre de 2018 respecto al mismo período del año anterior. La economía estadounidense creció un 2,9% en 2018, pero los desequilibrios internos siguen enquistados mientras Trump sigue buscando culpables en el exterior. La economía china se desaceleró en 2018 hasta el 6,5%, el crecimiento más bajo desde principios de 2009. Y las bolsas del gigante asiático sufrieron cuantiosas caídas: el índice Shenzhen cayó un 34% y Shanghai un 25%. Y si la actual tregua para entablar negociaciones entre EEUU y China no logra frenar las hostilidades, Pekín responderá otra vez estimulando la economía, inyectando más dinero para reactivar el consumo interno y unas inversiones en más infraestructuras que incrementarán la elevada deuda del país. Y, si es preciso, seguirá depreciando el valor del yuan para mantener la competitividad del sector exterior.

El conflicto entre EEUU y China perjudica otras economías avanzadas como Japón y Corea del Sur, muy dependientes del comercio exterior con el vecino chino. Pero, las economías más vulnerables son las de los países emergentes de Asia, América Latina y África que afrontan un doble golpe: una apreciación del dólar que encarece sus importaciones y que ya provocó una fuga de capitales que degradó sus finanzas y una gradual depreciación del yuan que mina la competitividad de sus exportaciones frente a la competencia de los conglomerado chinos.

La UE crecerá en torno al 1,5% en 2019. Un año marcado por un incierto Brexit y por unas economías endeudadas que ya no podrán contar con las masivas inyecciones de liquidez del Banco Central Europeo. Preocupan las políticas militares, monetarias y comerciales de Trump. Un dólar fuerte y un yuan débil también perjudican las exportaciones de la UE, principalmente de Alemania. Además, las posiciones de Italia y de otros países centroeuropeos frente a Bruselas están minando la cohesión interna de la Unión. Y hay que seguir vigilando ante las presiones de la Rusia de un Vladímir Putin que, al igual que Trump, intenta debilitar la UE. 2019 será decisivo para el futuro de Europa. A los económicos cabe sumar los riesgos políticos que puedan derivarse del resultado de las elecciones europeas que se celebrarán los días 23 al 26 de mayo en los 27 Estados de la UE. Una subida del peso de los partidos políticos de extrema derecha, populistas y antieuropeístas en el Parlamento Europeo podría debilitar aún más las frágiles bases y equilibrios que hoy sustentan una UE envejecida que precisa urgentes reformas. El resultado electoral será clave en la renovación de los principales puestos de las Instituciones Comunitarias: la presidencia de la Comisión, del Consejo y del Banco Central Europeo. Los más influyentes dirigentes empresariales mundiales volverán a reunirse el 22 de enero en el Foro de Davos. Otra oportunidad para hacer una radiografía de la compleja situación política y económica mundial.

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