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COLABORACIÓN

Sentido adiós al entrañable mosén Jesús Tarragona

El obispo de Lleida, Salvador Giménez, ofició ayer al mediodía en la Catedral la misa exequial por mosén Jesús Tarragona.

El obispo de Lleida, Salvador Giménez, ofició ayer al mediodía en la Catedral la misa exequial por mosén Jesús Tarragona.MAGDALENA ALTISENT

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El presidente de los Amics de la Seu Vella, Joan Ramon González, rememora en este artículo su relación personal de más de cuarenta años con mosén Jesús Tarragona, un auténtico enamorado del Turó de la Seu Vella y del patrimonio artístico de Lleida.

¡LO QUE ES LA VIDA! Pocas horas después del traspaso de nuestro querido obispo Ciuraneta, defensor de la unidad de la colección diocesana e impulsor de la magna obra Arrels cristianes, otro homenot de iglesia y gran defensor del patrimonio leridano empezaba también el camino por la segunda mitad del infinito: mosén Jesús Tarragona Muray, mosén Tarragona para todo aquel que lo conocía y mosén Jesús para todos lo que hemos tenido la suerte de tratarlo a menudo.

Nacido en Torrelameu en 1925 en el seno de una familia bastante religiosa, el hermano mayor y un tío fueron beneficiados de la catedral, tal como Josep Varela explica en la excelente biografía Mossèn Jesús Tarragona i el seu món, publicada hace cinco años y que ahora releemos emocionados.

Siempre me hizo gracia que su primer destino como cura fuera Tragó de Noguera, pueblo anegado por el embalse de Santa Ana y por el que, por mi afición al excursionismo, tengo una estima especial. Mi contacto temprano con mosén Jesús fue como rector de la parroquia de la Sagrada Familia, a la que pertenecía mi tercer domicilio de los cinco que he tenido en esta querida ciudad. En aquel templo le expuse que quería que me casara. Era el año 1979 y la Seu Vella solamente tenía, desde 1974, habilitada para el culto la espléndida capilla gótica de Jesús, construida por la familia Cescomes. Pero yo tenía la ilusión de hacerlo en una iglesia románica. Con aquel talante característico y con su habitual sonrisa me dio enseguida una solución: hagámosla en la vieja iglesia de Sant Martí. ¡Caramba! ¡Magnífica solución! No solo era un templo románico, sino que además era donde mis padres se habían casado y yo había sido bautizado. Además de mi cura de cabecera era un buen amigo. Siempre le agradeceré cómo reconfortó a mi madre en su visita amiga a la clínica.

De todos modos mi primer conocimiento de él fue en unas charlas sobre la historia y el patrimonio de Lleida a finales de los años sesenta, cuando disfruté de sus explicaciones sobre los retablos del Museu Diocesà y de Sant Llorenç. ¡Un placer oírle con la pasión que rezumaba siempre!

La principal relación con él ha sido como Amic de la Seu Vella. A raíz de proponerme en 1986 llevar a cabo la excavación sistemática de la cripta de la nueva catedral con el fin de encontrar, exitosamente, cabe decirlo, los restos del rey Alfonso el Benigno, el único monarca de la Corona de Aragón sepultado en Lleida, me hice socio y empecé a colaborar con la entidad. Eso hizo que, cuando en 1998 anunció su marcha como presidente de la entidad, después de diecisiete años de dinamizar la investigación sobre el monumento y crear el Día de la Seu Vella, con su entusiasta Junta, y especialmente con la recordada secretaria Pepita Galofré, me animara a presentarme a la elección como su relevo.

En los veintidós años que llevo de presidente de la asociación, siempre lo he tenido a mi lado, apoyando las iniciativas que teníamos, proponiendo ideas, bendiciendo las nuevas sedes de la entidad, compartiendo preocupaciones sobre el porche de la Puerta de los Apóstoles o la lápida romana que sirvió como el primer altar de Santa María in Sede...

Pero probablemente donde siempre ha estado y ha disfrutado su papel de cura ha sido en la misa que todos los últimos domingos de octubre, cuando celebrábamos el Día de la Seu Vella, él oficiaba contento, a veces disgustado por el poco cuidado que había en el armario donde se guardaban los objetos litúrgicos, pero siempre feliz de rememorar cada año la función para la cual había sido construido el espléndido monumento. Tradicionalmente esta misa se ha dedicado de manera especial a los socios difuntos. Él siempre leía emocionado la lista de aquellas personas que ya no podían estar físicamente con nosotros. Este año poco antes de la jornada señalada le recordé como siempre que contábamos con él y me dijo que subiría a la Seu Vella pero que ya no se veía con ánimos de poder hacer la misa. Fue un baño de realidad, todos vimos que el mosén se hacía mayor, pero no podíamos concebir que no estuviera él detrás del altar como cada año. Él me lo dijo con su habitual franqueza y bondad y él mismo me dio al sustituto: nuestro obispo Salvador. Desgraciadamente la Covid-19 le impidió hacer este relevo, que finalmente hizo mosén Jaume Melcior, pero lo más triste fue que mosén Jesús no pudo subir a su querida Seu. Había caído y la dichosa pandemia lo complicó más. ¡Hoy, al día siguiente de Sant Martí, ha emprendido el viaje hacia el Cielo!

Tras el entierro en el cementerio municipal, celebrado en la intimidad familiar, mosén Jesús Tarragona, fallecido el jueves a los 95 años, recibió ayer al mediodía el último adiós con una misa exequial en la Catedral, celebrada por el obispo de Lleida, Salvador Giménez, junto con los canónigos de la Catedral y sacerdotes de la diócesis. Algo más de un centenar de personas asistieron a la misa, con amplia presencia de la familia de Tarragona –entre ellos, el exalcalde Antoni Siurana– y de su ‘otra’ familia, la del Museu de Lleida, como su actual director y la exdirectora. Representantes de Amics de la Seu Vella, Òmnium, Ateneu Popular o Cercle de Belles Arts tampoco faltaron, junto al delegado del Govern y el concejal de Cultura.

El obispo de Lleida, Salvador Giménez, ofició ayer al mediodía en la Catedral la misa exequial por mosén Jesús Tarragona.

El obispo de Lleida, Salvador Giménez, ofició ayer al mediodía en la Catedral la misa exequial por mosén Jesús Tarragona.MAGDALENA ALTISENT

El obispo de Lleida, Salvador Giménez, ofició ayer al mediodía en la Catedral la misa exequial por mosén Jesús Tarragona.

El obispo de Lleida, Salvador Giménez, ofició ayer al mediodía en la Catedral la misa exequial por mosén Jesús Tarragona.MAGDALENA ALTISENT

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