SEGRE
Bocados de realidad

Bocados de realidad

Creado:

Actualizado:

El argumento de esta película es un acelerado curso de iniciación de la protagonista en su entrada en la universidad de veterinaria, donde las novatadas, las fiestas salvajes y los estudiantes con resaca semejan zombis, amén de su condición de vegana que se transforma y se redirige hacia deseos inconfesables. Por ello, Crudo no es una película que haga miedo sino que causa otro tipo de sensación, más incómoda, más desagradable, más real, acercándonos hacia una representación moderna de la antropofagia como un legado durmiente, que cuando se activa se convierte en un ensalzamiento del horror. Hay una comprometida naturalidad en esta película sobre momentos que desasosiegan por esos accidentes forzados que sorprenden por su cruel esencia, por la gratuidad de acciones dolorosas que van tiñendo de sangre la cotidianeidad de un lugar que se torna dantesco. Crudo expone el canibalismo no como una terrible circunstancia congénita sino como un destino al que hay que acostumbrarse, que hay que aceptar, superar, que crece desde el interior y se justifica paso a paso en la joven protagonista y en la destructiva relación con su hermana. Alabada en numerosos festivales de corte fantástico, con dosis de un gore que inquieta por su tono veraz, la historia avanza sin maquillaje, sin evitar herir susceptibilidades, matándolas directamente. Aunque puestos a elegir una película sobre comedores de carne humana, habría que recordar aquel Caníbal del español Manuel Martín Cuenca, en la que al menos el magnífico Antonio de la Torre, en su rol de taciturno sastre granadino, fileteaba y pasaba por la plancha, vuelta y vuelta, la para él exquisita carne de sus víctimas.

tracking