Las relaciones sentimentales

En esta película todo importa, los espacios, la sutileza, la belleza de las cosas sin necesidad de ser presentadas, como algo que siempre estuvo allí para poder ser admirado. Como esas estatuas que han sobrevivido al tiempo sin perder su esculpida belleza. Call me by your name es una película delicada que no juzga ni se define en algo concreto, sino que deja resbalar las cosas, los primeros amores, la juventud torrencial, imparable, porque el deseo lo es. Tan pasional, tan cargada de sensibilidad que deslumbra por ese amor hacia los detalles, hacia los objetos, hacia las personas que fluyen en un verano lento en el campo, para encontrarse, para amar y ser amado. Es una película de sentimientos y de sensaciones, donde cada cosa tiene un poder silencioso en esas casas lombardas que han atrapado las horas y que se revitalizan con presencias jóvenes e inquietas, en esos maravillosos paisajes y rincones que han permanecido sosegados y silenciosos guardando todos sus hermosos secretos. Luca Guadagnino utiliza como dos de sus fuentes el cine de Pialat y Bertolucci, algo que no esconde, sino que proclama con orgullo de cinéfilo y se apoya en un guión del veterano y elegante James Ivory, cuya obra es puro refinamiento. El primer amor entre un joven culto y el ayudante americano de su padre tiene emoción a flor de piel entre la confusión de uno y la comprensión del otro. Es verano en la campiña, como en aquellas películas de Renoir, porque todo es hermoso, porque hasta el discurso de un padre hacia un hijo te deja boquiabierto por su sabiduría sentimental, poco antes de esa escena final que rubrica con gran ternura en una película que llega directa al corazón.