Donde viven los monstruos

Si con la novela negra los escritores nórdicos llevaron el relato criminal al frío de la nieve y de sus bosques, a ese tiempo estancado en casas y ciudades gélidas, en el género de lo fantástico tampoco dejan indiferentes, como el escritor John Ajvide Lindqvist, que sorprendió con la crónica vampírica Déjame entrar, trasladada al cine por Tomas Alfredson. Ahora es el sueco de origen iraní Ali Abbasi el que recoge un relato de Ajvide, titulado Border, para mostrar monstruos vistos desde la perspectiva humana y, a su vez, humanos monstruosos desde la mirada del propio monstruo.Border se centra en la figura de una agente de aduanas fuera de lo común, que repele por tener un físico extraño, disforme, con un sentido del olfato casi animal que detecta en las personas taras, vergüenzas o sentido de culpa que le sirven para desenmascararlas. Tiene pareja, un padre internado en una residencia y muchas dudas acerca de su condición, formando un todo en su conciencia. A raíz de la llegada a la frontera de un ser tan extraño como ella, que la descoloca emocionalmente, Abbasi abre vías más inquietantes de percepción del yo, de deseo ante otro ser que raya en lo no humano, de preguntas y respuestas hasta ese momento ocultas, de salirse de esa normalidad heredada para introducir al personaje en otro estadio, en otra apreciación de la vida distinta. La película transita por lo enigmático, por pasajes sensitivos que promueven nuestro rechazo, y que en algunos momentos resulta difícil de digerir por terribles, incluso de aversión, pero “Border” también guarda ricos matices y sensaciones, dejando abierta la duda de no saber dónde se encuentra la línea que nos divide.