SEGRE
El cocinero de los últimos deseos.

El cocinero de los últimos deseos.

Creado:

Actualizado:

EL COCINERO DE LOS ÚLTIMOS DESEOS


País: Japón, 2017.

Director: Yôjirô Takita.

Intérpretes: K. Ninomiya, G. Ayano.

Cine: Funatic.

★★★★
El realizador japonés Yôjirô Takita moldea una película de búsqueda dentro de un contexto histórico utilizando las claves de un cine gastronómico plagado de suculentas recetas exóticas, y donde el personaje central de este entreverado argumento entra de pleno en una especie de laberinto emocional, en el que a cada paso va encontrando las claves de su propia vida y la de seres cercanos que el tiempo ha ido borrando, pero que perduran a través de viejas fotografías guardadas dentro de un recetario conservado por diversas personas a lo largo de los años y que forma la memoria de una familia, así como de un cocinero extraordinario que dejó en herencia una maravilla culinaria.

El cocinero de los últimos deseos nos habla de Mitsuru Sasaki, un hombre con gran talento para la cocina, perfeccionista en grado sumo y con el don de recrear para seres moribundos la comida más añorada por ellos, ya que posee la facultad de recordar cualquier plato solo por el hecho de haberlo probado alguna vez. Su tarifa, un millón de yenes, todo para pagar las deudas contraídas por un restaurante que llevó a la quiebra. Existen detalles sobre la infancia de Mitsuro que conocemos en boca de otros, de su estancia y huida del orfanato, de su carácter despreciativo, como si se tratase de un ser herido anímicamente y con enormes lagunas en su existencia.

Por ello, cuando es contratado para buscar y encontrar un libro de recetas fascinante, aquel que fue creado por otro maestro, Naotaro Yamagata en la Manchuria ocupada en los años treinta del siglo pasado, y que debía ser el menú imperial japonés compuesto por más de cien sofisticados platos, es donde comienza una epopeya en la que confluirán personajes, momentos dramáticos, sabiduría y engaño, preguntas y respuestas que llevarán a este perdedor vocacional hacia una especie de redención y liberación.

El cineasta que con la película Despedidas en 2006 conmovió con la historia de un violonchelista que maquillaba la muerte, dispensa aquí grandes dosis de delicadeza, de gusto por una continua presentación de exquisiteces orientales –salvo alguna receta un tanto excesiva para estómagos occidentales– y las reviste elegantemente, así como el arte de su fabricación, del tiempo que deja de existir entre fogones y cuchillos en un continuo aprendizaje de un oficio milenario y, de paso, nos cuenta retazos de una época lejana que se ajusta a otra reciente, sin disimular sus momentos un tanto folletinescos, todo a favor de un exhaustivo recorrido por una gastronomía tan rica como sentimental.

tracking