Los golpes de la vida

He leído en algunas crónicas sobre Ken Loach que vive enganchado a lo social, a la herida abierta de los que sufren en este mundo deshumanizado, que abusa en eso de ser cronista de las crisis del ciudadano anónimo de a pie, y me indigna porque tales afirmaciones me parecen torpes y de un esnobismo cretino a la hora de hablar de la obra de un hombre consecuente, fiel a sus principios, que ha utilizado el cine para denunciar una sociedad injusta, desquiciada y feroz que golpea a los núcleos más desfavorecidos. Un Ken Loach que, junto a su guionista fiel, Paul Laverty, no ha querido caer nunca en la historia feliz solo por complacer sino que ha martilleado a los que fabrican golpes de la vida contra gente que no se los merece.

La película Sorry We Missed You, que traducido vendría a ser ‘Lo siento, te extrañábamos’, nos muestra a una familia que sueña que todo sea como antes, y eso que antes no era tampoco fácil. Deudas y conflictos familiares que nacen de esa indefensión, de vivir en la inseguridad de poder llevar una vida normal. El padre trabaja en una empresa de reparto despiadada, que abusa y lleva hasta la extenuación a sus trabajadores, que les roba la vida personal a base de echar horas y horas perdiendo el culo en cada entrega. La madre es cuidadora de ancianos y personas impedidas y posee un alto valor moral, entregada y sufridora, que se sacrifica por todos a costa de su propia felicidad. Y dos hijos, uno adolescente y rebelde, en ocasiones oculto tras una estúpida coraza emocional para no dejar traslucir que es un muchacho con buenos sentimientos, y su hermana, una niña que asiste con sufrimiento a esa bajada a los infiernos que provoca una situación económica insostenible y que hace que se abran fisuras en buena gente que lucha por respetarse pese a que los nervios están a flor de piel.

Todo es manifiestamente creíble en esta película, nos implica y nos angustia porque Loach no pretende una salida fácil al conflicto que desconsuela a sus personajes, gente de carne y hueso a la que le cae una tras otra. Este cineasta habla de una realidad y la muestra sin concesiones, es sabedor que esto pasa en muchas casas, en muchas familias, y no hay que ocultarlo, y si te molesta, pues jódete, porque la inestabilidad vital está ahí, y no se puede mirar hacia otro lado como si nada estuviese sucediendo.

Pese a todo, hay amor, cariño verdadero, espíritu de lucha, integridad, verdad. Por eso admiro a este señor, porque siempre ha representado honestamente a una machacada mayoría silenciosa.